Enfermedades confundidas con terapias

Cada vez que se acercan unas elecciones, aparece algún que otro demagogo que cree que va a ganar fácilmente, recogiendo unos cuantos votos en los miedos, en los rencores de una incertidumbre social que está norma en el capitalismo, pero que ha sido amplificada por la crisis. 

Así es como los inmigrantes se convierten en chivo expiatorio, o en los  mítines se inventan imaginarias vías de escape, fuera del euro y de Europa y dentro de las viejas fortalezas nacionales. Tanto es así que, para contrarrestar el golpe, un guiño al ritmo de “ley y orden” o a la retórica euroescéptica no falta en la campaña electoral de cada partido. Televisiones y grandes periódicos aportan su granito de arena: en el desequilibrio político se creen terapia pero son parte de la enfermedad.