"Juan y Juanito"

Si no es Yannis es Yannakis, dicen en Grecia.  Si no es Juan es Juanito.  En los nuevos acuerdos surgidos del eurogrupo desaparece la troika compuesta por UE, FMI, y BCE pero se habla de compromiso con las tres instituciones. 

No hay memorándum, bestia negra de la carrera electoral en Grecia tal y como ocurrió con la carta del BCE en Italia, pero hay una lista de medidas que Atenas tendrá que realizar.  Si no es sopa, es pan mojado, se diría en italiano.  Es decir, el mismo perro con distinto collar.  Mientras tanto, el gobierno de Matteo Renzi en Roma ha lanzado los decretos de la aplicación del jobs act y el gobierno de Manuel Valls, en París, ha empuñado los poderes especiales del Ejecutivo para forzar la aprobación de su plan de liberalizaciones.


El mito de un eje mediterráneo ha desaparecido del horizonte.  El hecho es que la reestructuración europea es una alternativa estratégica sobre la cual ya convergen las fuerzas de la Unión, y es la otra cara de la moneda única.  Es imposible para cada gobierno individual eludir ese vínculo porque Hacienda, Presupuesto y Estado de Bienestar ya no son reserva exclusiva de la soberanía nacional.  De hecho, el eurogrupo ha actuado como gobierno confederal, donde la decisión de los Estados a nivel individual no podía ser independiente de la de los demás.
Para la coalición de Tsipras, en Atenas, es un despertar brusco.  Tanto es así que hay gente que sigue soñando y ganduleando en el cretinismo parlamentario: archivada Syriza en Grecia, el nuevo espejismo es Podemos en España.  Despierta.  No hay atajos nacionales y parlamentarios.  No hay alternativa a una batalla europea para la defensa de clase.  No hay solución salvo la reconstrucción y la organización de una conciencia comunista e internacionalista.