La prueba del pudin

Otra tempestad de agosto: por tanto, mantener atenta la mirada sobre la contienda mundial es precisamente lo que hay que hacer.  “La prueba del pudin –sostenía Engels- está en comérselo”.  Replicaba a las corrientes escépticas y agnósticas en Inglaterra, defendiendo el método materialista. 

El materialismo es la teoría de la ciencia marxista, y el marxismo piensa que en la lucha de las clases es posible conocer científicamente la sociedad.  Si el partido revolucionario es capaz de ser laboratorio científico, puede arraigarse en la clase y el proletariado podrá aferrar las condiciones para su emancipación cuando el capitalismo regularmente expíe en la crisis sus contradicciones.  Nuestra política es el partido ciencia, el partido estrategia.


Hoy, dos batallas son la prueba de la estrategia revolucionaria.  En Asia, China entra en la reestructuración, después de más de treinta años de desarrollo convulso.  Ni siquiera se ha terminado de hacer cuentas con la irrupción del Dragón, cuando de repente el mundo se asusta por su crisis, que aún no se sabe qué disruptiva será.  Es la nueva fase estratégica.  Si Pekín solo mueve una ceja, el mundo tiembla.

En Europa, Grecia está en la tercera dosis de la reestructuración europea.  Hace treinta años, Atenas, Madrid y Lisboa fueron cooptadas en la CEE, reconducidas al envoltorio de la democracia imperialista.Hoy, la UE con la batalla de Grecia las encierra en el euro, tras una crisis global y un ataque insidioso a las deudas soberanas, y define sus poderes estatales combinando federación y confederación.  Es el imperialismo europeo.  Son los poderes políticos de la soberanía europea, indispensables al capital en Europa precisamente para afrontar a Asia.

Se prepara la crisis china, se cierne sobre el Viejo Continente la reestructuración.  El joven proletariado en China es puesto a prueba, tiene que rechazar las sirenas de un imperialismo chino que da codazos para avanzar.  Al mismo tiempo, el proletariado en Grecia y en el resto de Europa tiene que batirse contra el imperialismo europeo, pero rechazando el cuartito asfixiante de las condiciones nacionales.  Para todos, una estrategia comunista existe solo en la autonomía de clase.


Se propaga la barbarie "Civilizada" del Imperialismo

Cuanto más se avanza en el nuevo siglo, más se deteriora el orden mundial: si se mira hacia Oriente Medio se observa un polvorín a punto de estallar, un enfrentamiento confesional entre sunitas y chiitas que, a su vez, genera confrontaciones entre Estados y un terrorismo reaccionario.
Los recursos energéticos han hecho de Oriente Medio el teatro de operaciones y confrontaciones entre EE.UU, Rusia, Europa y, ahora, las grandes potencias asiáticas; un continuo tira y afloja para evitar una potencia hegemónica en la zona, dominando así el abastecimiento energético.

Si se mira hacia Asia, se observa un continente en continua mutación:  a su cabeza, China; la fábrica del mundo y motor de las potencias emergentes. La creación de un Banco Mundial y los “paseos” de la Marina militar china por los puertos iraníes demuestran que China no acepta un orden mundial en el cual no se cuente con ella. Quiere un puesto en la mesa donde se reparten el “pastel” los bandidos imperialistas. 

Si oteamos los países de la zona mediterránea observaremos que hay una guerra no declarada a las clases populares, que huyen de las masacres que sus propias burguesías producen por el control de una parte de la arteria energética. ¡El Mediterráneo es la tumba de una parte de nuestra clase! Ante semejante barbarie la UE elabora un plan represivo para contener el acercamiento a las costas de la fortaleza europea.

No contentos con esto, preparan las mayores maniobras conocidas y desarrolladas por la OTAN jamás vistas (desde el mar Báltico hasta el mar de China). ¿Quizá un mundo convulso preparándose para la guerra?.
Mientras tanto, una vergonzosa política migratoria desarrollada por los poderes de la UE, convierte a la ruta del Mediterráneo en una senda de sufrimiento y muerte. Ahora, estos poderes plantean más controles, sobre todo por tierra. Esto significa aumentar los riesgos y la desesperación para los que creen que en las ciudades del Imperialismo encontrarán el bienestar; en definitiva, la “luz”. Lo que quizá no sepan es que se toparán con un “eclipse”. No podemos cuantificar las decenas de miles de refugiados. Lo que podemos decir, es que esto continuará.  Es como si se estuviese ensayando algo más fuerte. Como si estuvieran ensayando una posible confrontación.

Nadie está a salvo. Son multitud de guerras las que origina el desigual desarrollo capitalista, ahora ya en su fase superior, el Imperialismo. Son guerras por elección, por situación geoestratégica, por cuestiones geopolíticas etc. Todo un genocidio.
Los intereses que giran alrededor del negocio de los inmigrantes son espurios; el uso político es despiadado; el comportamiento xenófobo, sobre todo en el este de Europa, no tiene límites: la llamada al racismo impera de mil maneras. El que a pesar de todo consigue llegar y presenta una solicitud de asilo esperará meses y quizá años en espera de una respuesta que incluye el que pueda ser devuelto a su país.

La minoría internacionalista comprende perfectamente la dinámica de la nueva fase estratégica del imperialismo. Su tarea ineludible consiste en llevar la comprensión de esta fase a nuestra clase para hacer de ella un elemento de fuerza en esta nueva fase estratégica