Desarrollo Asiático y Partido Estratejia

Allí se delinean las regularidades económicas sociales y político estatales del desarrollo capitalista, su dinámica contradictoria que puede ser aferrada por el partido revolucionario. Se anticipa la noción de conciencia traída desde el exterior que será el corazón de la concepción leninista del partido. El Manifiesto ya es un texto de «estrategia internacional», escribió Arrigo Cervetto en su estudio sobre la formación "genética" de la estrategia en Marx y Engels. Y Marx y Engels con los carlistas ingleses, así como con las formaciones del movimiento obrero alemán y francés, intentarán repetir la experiencia hecha con la Liga de los Comunistas: dar la estrategia, precisamente «dar el "Manifiesto" a un partido obrero existente». 

El punto de partida es el papel revolucionario de la burguesía al superar y subvertir las bases precedentes de la sociedad feudal y crear un mercado mundial. «De los siervos de la gleba de la Edad Media surgieron los "villanos" de las primeras ciudades; y estos villanos fueron el germen de donde brotaron los primeros elementos de la burguesía», escriben Marx y Engels. Son los primeros pasos del desarrollo capitalista, que tiene sus formas específicas y un inicio particularmente precoz a lo largo del siglo XIV en el norte de Italia, donde hay una preexistente red de concentraciones urbanas heredadas de la época romana. 
«El descubrimiento de América, la circunnavegación de África abrieron nuevos horizontes e imprimieron un nuevo impulso a la burguesía. El mercado de China y de las Indias orientales, la colonización de América, el intercambio con las colonias, el incremento de los medios de cambio y de las mercancías en general, dieron al comercio, a la navegación, a la industria, un empuje jamás conocido, atizando con ello el elemento revolucionario que se escondía en el seno de la sociedad feudal en descomposición». 

Aquí se describe una fase del desarrollo capitalista que toma fuerza a partir del siglo XVI, cuando el centro de este desarrollo comienza a desplazarse del Mediterráneo al Atlántico y, en competencia con las potencias españolas y francesas, comienza a afirmarse la potencia inglesa. La perspectiva del mercado mundial, cabe señalar, mira ya además de América a Asia y con ella a India y China. En embrión, es un primer nexo entre desarrollo asiático y partido estrategia.
«El régimen feudal o gremial de producción que seguía imperando no bastaba ya para cubrir las necesidades que abrían los nuevos mercados. Vino a ocupar su puesto la manufactura. Los maestros de los gremios se vieron desplazados por la clase media industrial, y la división del trabajo entre las diversas corporaciones fuesuplantada por ta división del trabajo dentro de cada taller. Pero los mercados seguían dilatándose, las necesidades seguían creciendo. Ya no bastaba tampoco la manufac­tura. El invento del vapor y la maquinaria vinieron a revolucionar el régimen industrial de producción. La manufactura cedió el puesto a la gran industria moderna, y la clase media industrial tuvo que dejar paso a los magnates de la industria, jefes de grandes ejércitos industriales, a los burgueses modernos». 
La evolución del desarrollo burgués y la extensión del mercado a mercado mundial interactuaban entre sí: 
«La gran industria creó el mercado mundial, ya preparado por el descubrimiento de América. El mercado mundial imprimió un gigantesco impulso al comercio, a la navegación, a las comunicacio­nes por tierra. A su vez, estos, progresos redundaron con­siderablemente en provecho de la industria, y en la misma proporción en que se dilata­ban la industria, el comercio, la navegación, los ferrocarriles, se desarrollaba la burguesía, crecían sus capitales, iba desplazando y esfumando a todas las clases heredadas de la Edad Media». 
Marx y Engels identifican aquí tres leyes de movimiento. Primero, una ley internacional: la burguesía tiene como misión histórica la creación del mercado mundial. Segundo, el desarrollo capitalista tiene sus regularidades sociales, es decir, tiene consecuencias sobre el cambio y el desarrollo de las clases. Y, tercero, esto también comporta leyes de movimiento sobre el cambio y el desarrollo en el plano político; la burguesía se afirma como clase revolucionaria en los choques contra el viejo régimen aristocrático y feudal. 
«A cada etapa de avance recorrida por la burguesía escriben Marx y Engels corresponde una nueva etapa de progreso político». 

Observatorio de España

España, Marruecos y shock energético

«La escalada de los precios del gas y de la electricidad está provocando que para algunas empresas resulte más rentable frenar la actividad y, por tanto, contener el impacto de las facturas energéticas, antes que satisfacer la demanda de los clientes». Esta es la alarma lanzada por El Economista, que se hace eco de las peticiones de la Asociación de Empresas con Gran Consumo de Energía: a falta de compensaciones y exenciones fiscales, el coste de la energía «va a llevar a un desastre, con quiebras y cierres en la industria», en particular en la siderurgia. 
El shock energético, con sus reflejos en la inflación, que profundizamos en otra parte de este periódico, proyecta una sombra sobre la recuperación de España. La buena campaña de vacunación, con una cobertura de casi el 80% de toda la población, uno de los niveles más altos en la UE junto con Portugal (86% ), propicia un fuerte crecimiento del PIB, un 5, 7% según el FMI, aunque medio punto menos respecto a las estimaciones de abril. 
Su consistencia contribuye a apoyar las perspectivas económicas de España, pero también a alimentar un encendido debate sobre la distribución territorial. tanto de estos recursos como de las partidas de gasto para los servicios.

"Tensiones" eléctricas 

En relación a esto, el socialista Pedro Sánchez, presidente del gobierno, había propuesto a la Comisión UE varias medidas a nivel comunitario, entre las cuales estaba la adquisición conjunta de gas, al igual que para las vacunas. La respuesta negativa por parte de Bruselas devuelve la pelota al campo español, donde el tema suscita tensiones entre gobierno, empresas, administraciones locales y no solo eso. 
De hecho, el Real Decreto Ley aprobado a mediados de octubre, que prevé el impuesto sobre los «beneficios extraordinarios» de las compañías eléctricas, ha suscitado descontentos incluso más allá de las fronteras nacionales. El periódico económico alemán Handelsblatl ha señalado las preocupaciones del grupo lberdrola, que considera en riesgo «la confianza de los inversores en el país, en un momento crítico en que España necesita miles de millones de inversiones privadas para llevar a cabo los proyectos que subyacen a los ambiciosos objetivos climáticos». 
Está demás decir que a estos «Projekte» están vinculados, tanto para Iberdrola como para el gobierno, los fondos europeos del Next Generation EU (NGEU). Efectivamente, el proyecto de la nueva Financiera 2022 prevé niveles de gasto récord, también en virtud de los 40 billones en inversiones, prestando atención sobre todo a transportes e infraestructuras, de los que casi 28 provendrían del fondo muy deseado por Angela Merkel.

"La otra España" 

Aquí está la novedad, tras años de «España ladrana» (Espanya ens roba) elevado por los catalanes, reside en el hecho de que las críticas más duras vienen de la Comunidad Autónoma de Madrid presidida por la popular Isabel Díaz Ayuso que recibiría la mitad de las inversiones destinadas a Barcelona. «Le roban a Madrid» para facilitar el complejo "diálogo" con Cataluña, dice Ayuso, quien no es la única en quejarse. 
Los presidentes de las Comunidades de la «España Vacía», entre los cuales se encuentran tanto socialistas como populares como el gallego Albeno Núñez Feijóo, piden una revisión de la financiación autonómica relativa a los servicios, que resultan más costosos donde la dispersión poblacional es más alta. 
Existe asimismo un grupo que el columnista de El País Teodoro León Gross ha bautizado como «la otra España», que en cambio pide un peso proporcional a la población en valores absolutos. Es el frente promovido por el valenciano Ximo Puig (PSOE) junto con el andaluz Juan Manuel Moreno (PP), representantes de territorios que tienen ricas zonas industriales, en particular en el arco mediterráneo. Una especie de versión ibérica de la Tercera Italia, ampliamente interesada en las inversiones ligadas al NGEU. Para León Cross, «la otra España tendría también el mérito de romper las trincheras de partido y la verticalidad impuestas» por las actuales direcciones del PP y del PSOE.
Así pues, hay que señalar que tanto el PP como el PSOE han elegido valorizar precisamente la otra España, en sentido amplio, respectivamente para la convención y el congreso nacional. 
La convención itinerante del PP ha empezado en Santiago de Compostela, en Galicia, donde el expresidente (2011- 2018) Mariano Rajoy le ha indicado a Pablo Casado un nuevo «camino» centrista para volver a la Moncloa; se ha conclui­do en Valencia, donde el actual líder por el contrario ha hecho mayor hincapié en la competición con Vox. 
Precisamente en Valencia, Sánchez reunió a todo el PSOE en su 40º Congreso, incluido al expresidente (1982-1996) Felipe González, en contraposición al cual había forjado su ascenso a secretario del partido. El abrazo entre los dos sella la reconstrucción iniciada con la profunda reorganización del gobierno en julio, que vuelve a dar más peso, sea en el ejecutivo sea en el PSOE, a las corrientes más tradicionalistas. 

Sudokus difíciles
 
Para cerrar el cuadro autonómico, Navarra y País Vasco (donde están asentadas tanto Iberdrola como una imponante cuota de la siderurgia española) disfrutan de un régimen fiscal foral, esto es, altamente descentralizado. La votación de los vascos en los presupuestos generales va a depender asimismo de las negociaciones sobre la cesión de ulteriores competencias. 
La conclusión del periódico de Barcelona La Vanguardia es muy simple: «Existen sudokus más fáciles de resol­ver». Sin embargo, los potenciales refle­jos del shock energético imponen considerar, tal y como ya observamos, también al «tablero magrebí,, en combinación con el europeo. 
El 31 de octubre vence el contrato del gasoducto Magreb-Europa, importante arteria energética que conecta a Argelia con la península Ibérica, pasando por Marruecos. Argel tranquiliza a los espa­ñoles con respecto a suministros y costes, aunque a la actual interrupción de las relaciones con Rabat se han añadido nuevas tensiones con París. 
En cambio, en Marruecos el parlamento ha votado la confianza al nuevo gobierno, regido por una coalición de tres partidos de los que dos, Rassemblement National des Indépendants (RNI) e Istiqlal (Independencia), son miembros no UE del Partido popular europeo, los únicos en toda África: ocupan ministerios clave, como Economía y Hacienda, Turismo, Pesca y agricultura y Transición energética. 
El gobierno, «compuesto por empresarios, economistas y tecnócratas», subraya Pascal Airault en L 'Opinion, a la hora de elaborar planes de desarrollo ambiciosos tendrá que lidiar con las debilidades del gasto social marroquí, dejadas al descubierto en la crisis pandémica: «Casi el 60% de la población activa no está cubierto por un régimen de jubilación y el 46% no tiene cobertura sanitaria». 
Tampoco hay que olvidar el conflicto latente con el Frente Polisario, que controla la franja Este y Sur del Sáhara occidental, dividida del resto de la región mediante un muro de 2.700 km. La soberanía de estos territorios sigue siendo hoy día el corazón de las rivalidades con Argelia, pero las perspectivas de desarrollo de Marruecos le hacen ganar cada vez más puntos a las posturas de Rabat. 

Rabat "puerta para África"
 
De hecho, un reciente speciareport del Financia Times pm1e de relieve su papel de «puerta para Africa» para Europa y no solo. Hemos visto cómo los Acuerdos de Abrahám entre Donald Trump y el rey Mohammed VI han abierto una brecha en las relaciones entre la UE y el reino alauí. Hakim El Karoui, del lnstitut Montaigne, evidencia también la importancia del «nuevo acercamiento económico con China con la que en los últimos tres años el intercambio ha aumentado un 50%». 
En este sentido, Financia Times celebra la apertura de las nuevas oficinas de la Bolsa de Casablanca en Londres y Dubái, así como la puesta en marcha del proyecto de un cable submarino que debería suministrar al Reino Unido el 8% de su consumo eléctrico anual, conectándose directamente a instalaciones de producción de energía renovable en el Sur de Marruecos. Rabat lleva tiempo apostan­do por este sector, entre otras cosas para disminuir su dependencia de Argelia. 

La puerta marroquí, mediante su sistema financiero, ofrece conexiones también con gran parte de los Estados africanos, tanto en el Norte como en el Sur, con Oriente Medio y con Turquía. A la relativa estabilidad política y a la geografía añade su régimen de bajos salarios, «casi un cuarto de aquellos españoles e infe­riores a aquellos de Europa del Este», y sus infraestructuras como el importante puerto Tánger-Med. La presencia de gru­pos como Renault, que precisamente en Tánger tiene la mayor parte de su producción en el continente, lo certificaría. 
Rabat, banlieue de Europa ascen­dente, y Argel, su contendiente, son ele­mentos de sudokus difíciles que merecen cada vez mayor atención, tanto por parte de España como de la Unión Europea. 

Virus de clase

Que en el capitalismo el caos, los desequilibrios y las desigualdades más abisales sean la norma no lo descubrimos precisamente hoy. Pero los reflejos económicos, políticos y sociales desencadenados por la pandemia secular, nos ofrecen una imagen realmente ejemplar de un sistema donde, por decirlo con las mismas palabras de Engels, «domina la anarquía de la producción social» y, en nombre de la ganancia, las lógicas «coactivas de la competencia» actúan como leyes naturales, de manera ciega e incontrolada, hasta dar lugar a una condición en la que, en el desprecio más absoluto de las necesidades de los individuos, «el producto domina a los productores». 
Asimismo, la recuperación, que modifica la fase de fuerte contracción productiva provocada en todos los países por los cierres y bloqueos impuestos en el período más agudo de la epidemia, está marcada por la multiplicación de contradicciones que, una vez más, desaprueban sin apelación las absurdas teorías de los partidarios de la "mano invisible" que regula el mercado. Los buques que obstruyen los puertos, con el estrangulamiento de las cadenas de suministro de bienes y servicios, son el escenario a la orden del día. En un cortocircuito entre la oferta y la demanda que hace subir por las nubes los precios de las materias primas, hasta el punto de prefigurar el espectro de lo que, según The Economist, podría convertirse en el «primer gran shock energético de la era verde». Y entre las mercancías que hoy escasean casualmente está también la mano de obra. Comenzando por la inmigrante, que fue la primera en pagar con la pérdida del trabajo el mayor coste de la lucha contra el virus. 
Ser comunista también significa tener plena conciencia de este estado de las cosas. Desde el principio de esta historia hemos denunciado esta realidad que discrimina a los asalariados en las condiciones de mayor fragilidad. Para nosotros unidad de clase significa luchar por los cientos de inmigrantes a los que se les niega la posibilidad de la vacuna. Y también denunciar que en el mundo solo el 5% de los países más atrasados ha podido vacunarse. 
El virus también es una cuestión de clase y de lucha internacionalista. 

Según Confcooperative, un «fantasma» recorre el camino de Italia hacia la recuperación postCovid: la escasez de mano de obra. 
A partir de un "focus" elaborado junto con el Censis, se desprende que en el segundo trimestre de 2021 los puestos vacantes en la industria y los servicios superan los 233 mil. Esto daría lugar a una pérdida de la producción de 21.000 millones de euros, equivalente al 1,2% del PIB. Esta escasez, de la que se habla hace tiempo, ahora tiene fuertes repercusiones en la economía.

camiones sin conductores 

Este no es solo un problema italiano. Ya hemos abordado en estas columnas la crisis del transporte en Inglatensa a causa de la falta de conductores de camiones. Las impactantes imágenes de estanterías vacías y colas en las gasolineras han abierto una brecha sobre una situación de carácter más general. 
"Transport Imelligence" escribe en agosto de este año que la escasez de camioneros ya se arrastraba desde hace 15 años, ya que su caudal se iba contrayendo mientras que la demanda de transporte aumentaba. La pandemia solo ha exacerbado un problema que ya era alarmante: incluso antes, una fuerza de trabajo envejecida y una cantidad insuficiente de nuevas contrataciones habían afectado a la industria.  

A todo esto se sumó el Brexit en Inglaterra, que puso fin al reclutamiento desde la UE. Si de 2010 a 2017 el número de ciudadanos UE ( especialmente de los Estados del Este) que conducían vehículos pesados británicos aumentó de 10 a 45 mil, con el Brexit se redujo a 42 mil a principios de 2020; luego se derrumbó a 20-25 mil, debido a la Covid, durante el año, para volver a solo 28 mil a finales de 2020. De acuerdo con este cálculo, Brexit más Covid habrían pesado por más de un tercio en ese componente de la fuerza de trabajo. 
Desde Alemania, Zeil (30 de septiembre) intenta evitar «burlarse» de los británicos: votaron por el Brexit precisamente para limitar la inmigración y «ahora hay que pagar la cuenta». Pero «hay algo que recomienda ser prudentes» a los alemanes y no solo a ellos. De hecho, la crisis es general. 
Nuevamente "Transport Jntelligence" indica el dato de 400.000 camioneros que faltan en toda Europa: no solo 60-76.000 en el Reino Unido, sino también 45- 60.000 en Alemania, 43.000 en Francia, 15.000 en España e Italia. Esto porque, escribe, «muchos trabajadores europeos se fueron durante la pandemia».
En Italia, las asociaciones profesiona­les elevan el nivel de escasez a 17-20 mil, con la suma adicional de 5.000 conductores de autobús. Los problemas son siempre los mismos: edad media elevada (54 años) y falta de recambio generacional, también a causa de salarios que no siempre son adecuados a la profesionalidad.

Cada vez más al Este 

Luego, cuando los representantes del mundo del transporte por carretera pasan a señalar las posibles soluciones, se abre otra brecha: a pesar de todos los soberanismos, la solución una vez más es la inmigración. El miedo es más bien que no sea suficiente. "Transport lntelligence", después de admitir que el sector ha sido salvado en los últimos años por ciudadanos de los países mientales de la UE, añade que fue sólo un rescate temporal: hoy Polonia, por ejemplo, tiene también escasez de conductores, estimada en 123 mil, que es como Inglaterra y Alemania juntos. Precisamente ahora los polacos están mirando aún más al Este, a agencias que ofrecen conductores de países asiáticos como Bangladesh, India o Filipinas. Otras cuencas pueden ser Kazajistán y Uzbekistán, o Georgia y Armenia. En definitiva, el 1rabajador europeo expande sus fronteras". 
En Italia, la cuota de conductores extranjeros pasó del 2% a principios de siglo al 40%. Pero no basta: el presidente de Conftrasporto propone dar la ciudadanía italiana a quienes se comprometan a venir a trabajar durante al menos 5 años. 

¿Competidores o imprescindibles?

Una vez más, Zeit evidencia un problema general que está en la base de estas dificultades: la UE del Este también está en declive demográfico, la mano de obra está disminuyendo y los salarios están aumentando, haciendo más difícil e incluso menos atractivo mudarse a Occidente. 
Hay algo paradójico en todo esto. No hace mucho los transportistas de los países occidentales de la UE levantaban el dedo acusadoramente contra sus colegas de Oriente que enviaban aquí a sus camiones, haciendo «competencia desleal» ya que los salarios de esos empleados eran una fracción de los de los occidentales. Una "caridad interesada" que empuñaba las condiciones de los asalariados para defender sus márgenes de ganancia. En julio de 2020, el Parlamento de la UE aprobó una directiva de la Comisión destinada a limitar la actividad de estas empresas. Pero ahora resulta que los empresarios del sector en los Estados occidentales, más que temer la competencia en su territorio de los camioneros del Este, se lamentan de su falta: les gustaría contratarlos. pero les cuesta encontrarlos. 

Migraciones internas 

La cuestión de las migraciones internas dentro de la UE es un problema de carácter más general. A 1 de enero de 2020 (último dato registrado por Eurostat) en los Estados de la Unión había 36,5 millones de ciudadanos extranjeros: 13,5 de ellos con ciudadanía de otro Estado miembro. Del total de inmigrantes, los que están dentro de la UE son, por tanto, el 37%, con algunas diferencias: Francia e Italia son algo menos del 30%, España está al 33%, pero Alema­nia asciende al 42%. 
En Italia, a finales de 2020, estaban empleados 2,35 millones de extranjeros, de los cuales 760.000 eran ciudadanos de la U E. En un año han disminuido en 160.000 a 100.000 provenientes de fuera de la UE y 60.000 de países de la UE. Según estos datos del XI Informe Anual "Los extranjeros en el mercado laboral en Italia" (ANPAL, julio de 2021), el empleo cayó un 6-7% para los ciudadanos extranjeros, frente al 1,4% para los italianos. 
Es más que una hipótesis que muchos de estos inmigrantes, especialmente los de los Estados de la UE, han regresado a su país. De hecho, durante 2020 la población extranjera en Italia se redujo en más de 26 mil unidades: considerando que en el mismo año hubo al menos 40 mil recién llegados, está claro que los retornos han sido consistentes.

Cerdos para tirar 

Los niveles paradójicos a los que puede conducir todo esto son ilustrados por el inglés Cuardian (2 de octubre). Este año en Inglaterra se podrían matar hasta 120.000 cerdos debido a la falta de mano de obra, típicamente inmigrante, en los mataderos: el número de cerdos y su tamaño son ahora tales que ya no pueden ser contenidos en los espacios destinados para ello. 
Hablamos del cerdo, ese animal del que, por experiencia milenaria, se dice que "no se tira nada" y que ahora sería tirado entero, sólo porque no hay quien pueda sacrificarlo. Frente a los centenares de millones de personas desnutridas en el mundo, ¿existe una imagen más emblemática del caos capitalista y sus dramáticas contradicciones? 

La voz de los trabajadores de la siderurgia  

Ninguna rama de la producción se salva de este caos y esto impone dar pasos adelante en la organización de la defensa de los trabajadores. Con este objetivo, en 2017 nace la Coordinación europea de los Comités de Empresa de la Siderurgia, que ya reúne a representantes de los trabajadores italianos, alemanes, franceses y belgas; el siguiente paso es la adhesión de los consejos de fábrica de ArcelorMittal de Asturias, en España. 

FIOM y CCOO intercambiaron sus «respectivas experiencias en la reestructuración europea» del sector: el comunicado de prensa conjunto ve en la «unidad de clase» continental y en la «perspectiva de un sindicato europeo» la «clave para afrontar estos grandes procesos de reestructuración». El propósito es claro: en temas como la defensa del salario, del empleo y de las condiciones laborales, es necesario «hacer oír la voz de los trabajadores».