Antes los Proletarios


Antes los italianos. Es un eslogan rufián que quiere transmitir la ilusión del sentido común, intentando calmar los miedos de electores desorientados y en­vejecidos. Dicho lema se ha insinuado en los cálculos astutos de las redacciones de los periódicos, en las sesiones de noche de la televisión y en los circuitos Facebook, Twitter o YouTube de la red. Se ha convertido en el subtexto de la campaña electoral italiana, aúna de alguna manera a todos los partidos parla­mentarios. Si la mirada se fija en la tiendecilla electoral, es imposible contrarrestar realmente a los traficantes del miedo. 

No es solo una fiebre italiana. Pensemos, por ejemplo, en America First,  América primero, que es el santo y seña de Donald Trump, o en Take Back Control, volver a tomar el control, es decir, la soberanía británica, que ha sido el lema para el referéndum del Brexit. Tampoco Emmanuel Macron, quien desde París con Berlín intenta la contraofensiva europea, puede renunciar a la retórica y a los hecho sele la potencia nacional: un plan de rearme, y una inevitable represión contra los nuevos inmigrantes. En el fondo, tampoco antes los europeos es una fórmula menos envenenada. Más bien al contrario. Será la vía para restaurar el consenso entre las clases dominantes del Viejo Continente, la Europa que protege en lugar o junto a las vallas nacionales. Sin embargo, esta es precisamente la ideología de masas para el imperialismo europeo, en las nuevas tempestades que están de camino desde Asia y China, en las tensiones con Rusia y con América o en las nuevas aventuras en África.