La situación general empeora ostensiblemente

Las condiciones y situación política de nuestra clase no paran de empeorar. Digan lo que digan (patronal, los sindicatos mayoritarios CC.OO. y UGT y el propio gobierno), no se les puede creer. Para ellos, con lo que estamos soportando parece ser que no es suficiente. Y se nos pide mucho más. Craso error para algunos. No es políticamente saludable esta doble cara.
Debemos despertar de este letargo y combatir estas praxis nefastas, que pueden alcanzar la felonía y el canibalismo de clase. Y, desde luego, prepararnos para situaciones más complicadas.
Ahora asistimos a un fuerte empujón en el proceso de privatización de las pensiones. Esto comenzó en 1995: en esta fecha CC.OO. lo combatió y convocó la Huelga General en todo el país. UGT no la secundó y, por supuesto, su dirección realizó una nefasta praxis sindical que posteriormente arrastró a CC.OO. El objetivo: privatizar las pensiones y entregarlas al capital financiero.
El ministro Escrivá y su homóloga Calviño, vicepresidenta primera del gobierno, pretenden arrebatarnos lo conquistado. Por supuesto, los poderes de la UE dirigen esta reestructuración europea y su política contra los derechos sociales, incluidas las pensiones, las cuales suponen un inmenso volumen de dinero público que piensan entregar a los especuladores, como ya hicieran con las ingentes cantidades de dinero público que destinaron a costear el desastroso rescate bancario. Todos ellos, pretenden arrebatarnos lo conquistado durante toda una generación. Lo quieren todo: Derechos, Salarios, Pensiones, Sanidad, Enseñanza y un largo etcétera. No contentos con todo esto, pretenden también cercenarnos la Libertad. No debemos ni podemos permitirlo: ¡¡TODAS Y TODOS ESTAMOS OBLIGADOS A DEFENDER NUESTROS DERECHOS Y LA LIBERTAD!! Y las Pensiones son una parte fundamental de nuestros derechos que pretenden regalarlas a los poderes financieros antes de lo que pensamos.

Los sindicatos que apoyan este descalabro son cómplices de la privatización. Los jóvenes deben y tienen que aprender a luchar por sus derechos: por el derecho al trabajo, por el derecho a la sanidad pública, por el derecho a una enseñanza de calidad y, por supuesto, a unas pensiones dignas que permitan vivir dignamente. ¡¡Que no olvide nadie que, si no peleamos por esto, lo siguiente que perderemos será la Libertad!!
Debemos pues, en consecuencia, conocer y analizar este nuevo ciclo político y sacar las conclusiones que nos hagan avanzar, con más organización y ciencia, hacia la independencia y autonomía de nuestra clase.

Ahora más que nunca, estamos obligados a incrementar la fuerza y el sonido de nuestra propuesta y defender nuestras reivindicaciones. No hay atajos. No vale el cambalache. Únicamente sirve el trabajo de agitación, la información y el debate en los barrios. En este pulso nos va mucho. Es de vital importancia y habrá que retomarlo sin más dilación.


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                                                                                                              Círculos Internacionalistas de Zaragoza

La batalla mundial del contenedor

Una recuperación asincrónica tropieza en los transportes. 

Las perturbaciones de las cadenas de suministro representan «una amenaza a la recuperación post-pandémica», advierte el Financia Times del 8 de septiembre. El diario suizo Neue Zürcher Zeitung explica «El mayor problema son los embotellamientos en los puertos del transporte de mercancías. En todo el mundo, las naves no son descargadas y cargadas velozmente como de costumbre debido a las capacidades limitadas y a las restricciones vinculadas al Corana virus. Esto ha determinado amplios embotellamientos. Dudo que las cadenas logísticas en sentido descendente también están mascadas en algunos pun­tos, también huy retrasos en las entregas. Para complicar las cosas, actualmente hay una escasez de mano de obra. como en el caso de los camioneros en algunos países» (13 de septiembre). A causa de las perturbaciones provocadas por la pandemia y a una recuperación del comercio más rápida de lo previsto, un número insuficiente de contenedores vacíos se han vuelto a colocar donde se les pedía. Todos estos factores han contribuido a los retrasos en las entregas, a la escasez de suministros y a un fuerte aumento de las tarifas de los fletos. Los armadores, en ocasiones acusados de aprovechar el momento para producir ganancias récord, se defienden diciendo que no son responsables «de los embotellamientos en los puertos y en las terminales, de la falta de capacidad de las ferrovías, de los camiones y de los depósitos, y mucho menos el bloqueo del Canal de Suez o de los casos de pandemia en el puerto de Yantian . Durante la mayor parte de la década [los armadores] no han ganado. La cadena de suministros a bajo coste de la que los transportistas se han convertido en empleados no era en realidad más que una donación caritativa de los accionistas de los armadores» (l.loyd's List, "Don't shoot the carrier", 14 de junio).

Un puñado de gigantes 

Lenin definió el imperialismo como una fase monopolística del capitalismo. Ha demostrado que, en lugar de eliminar la competencia, esta fose ha dado lugar a un aumento del nivel de competencia. Ya no se trata de la competencia en un pequeño mercado nacional, sino de la lucha entre gigantes por la conquista del mercado mundial. El transporte marítimo no escapa a esta dinámica. 
Los diez armadores más importan­tes se han reunido en tres alianzas que realizan más del 80% del transporte marítimo de los contenedores. La gestión de las terminales de los contenedores es a su vez dominado por un puñado de empresas de tamaño mundial: en 2019, poco más del 70% de los contenedores ha pasado por terminales controladas por los diez primeros terminalitas mundiales. La tercera categoría es la de los transportistas que organizan el transporte para sus clientes. A menudo se encargan ellos mismos del transporte por carretera, ferrovía o aéreo, pero para el transporte marítimo tienen que utilizar los se1vicios de los armadores. Tanto los terminalistas como los transportistas tienen que enfrentarse a la competencia de algunos armadores que adoptan una estrategia de "verticalización", consistente en la ampliación de sus actividades por tierra para acaparar una mayor parte de la cadena logística. La desventaja de los transportistas en esta lucha es que están más fragmentados. 

Tendencias del transporte marítimo 

Para comprender las repercusiones de esta concentración, imaginemos, por ejemplo, que un autobús es como una nave portacontenedores y que sus pasajeros son los contenedores. Supongamos que, durante la década pasada, algunas grandes compañías de autobuses han entablado alianzas y han construido autobuses gigantescos. Estas compañías hacían circular estos medios por las principales arterias de las grandes ciudades y colaboraban para concentrar en algunos puntos a sus pasajeros, para poder llenar esos mastodontes y obtener ventajas de escala. De esta forma, las redes de las compañías se transforman de redes de conexión directa en redes hub and spoke (estrella): los centros de estrella (hub) están conectados por los gigantes del mar y los hub panen de una cascada de portacontenedores más pequeños. Esto requiere mayores cambios, pero favorece aún más la difusión capilar de los contenedores en los cuatro rincones del mundo.
Según los datos del informe UNCTAD "Review of Maritime Transpon 2020", en 2019 se han efectuado 811 millones de movimientos de carga y descarga el equivalente de la subida o bajada a bordo de los pasajeros en el autobús de nuestro ejemplo para transportar por vía marítima IS2 millones de contenedores TEU (Twenty-Foot Equivalent Unit, unidad de medida que corresponde a un contenedor de 20 pies de largo, aproximadamente 6 metros). En 2010 fueron necesarios 543 millones de movimientos para transportar 140 millones de TEU (UNCTAD, "Review of Maritime Transpon 2011 "). En 2019, en un viaje, un contenedor es­taba sujeto a 4,8 movimientos, mientras que en 2010 se hacían de media 3,9. Asimismo, para completar su viaje, un pasajero tiene que cambiar varios autobuses. 
En 2010 la capacidad de la flota era de 12,8 millones de TEU; a finales de 2019 alcanzó 23 millones. En nuestro ejemplo, el número de pasajeros por lo tanto habría aumentado un 9%, pero el de asientos un 80%.  Los operadores de las estaciones de autobús no estarían siempre entusiasmados con este cambio. La saturación de uno de los hubs podría tener efectos en cascada por toda la red. Actualmente, por ejemplo, el 80% de las naves portacontenedores lleva alrededor de un día de retraso, mientras que antes de la pandemia solo el 20% de estos se retrasaba (OCDE, lnternationol Transpon Forum, "Schedule reliability").  
En un análisis del transporte marítimo de contenedores, el Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad de Múnich (IfO) ha calculado que hoy existen servicios directos de portacontenedores solo el 6% de los puertos. La «concentración cada vez mayor» ha hecho que el transporte marítimo· de contenedores haya «perdido en flexibilidad, ya que el número de armadores que prestan servicio a un puerto determinado, como el número de conexiones directas con otros puertos, se ha reducido considerablemente». La causa de las perturbaciones actuales sería la pandemia, «pero también tendencias a largo plazo en la containerización» ( I FO, "Continerschi fffahrt in stürmischen Zeiten. Analyse and Ausblick", 12 de mayo).
Sin embargo, el desarrollo de las redes de armadores y la concentración del sector no se produce de la nada. Es el reflejo de la ampliación del mercado mundial y de la consiguiente división social del trabajo. Las últimas décadas se han caracterizado por el surgimiento de Asia. La competencia resultante ha llevado a los armadores a la consolidación y al mismo tiempo a la ampliación de su actividad. 
Seis de los diez principales grandes teminalistas mundiales y cinco de los diez mayores armadores son ahora asiáticos. Casi ninguna mercancía sale de una sola fábrica. Un capital gigantesco existe como capital circulante tanto en forma de dinero como en materias primas, semiacabados y mercancías acabadas. La complejidad de las redes de transporte marítimo de mercancías refleja este entrelazamiento económico y la división.

La carrera hacia el acaparamiento
 
Según un estudio a dos manos de Euler Hermes, una aseguradora de créditos, y de la compañia de seguros Allíanz, el comercio online está ahora en el origen del 30% del volumen de las mercancías transportadas por vía marítima en los contenedores. En el período 2016-19 solo se originó el l5% (Euler Hermes & Allianz Research, "Global Trade: Ship me if you can!", 8 de julio). 
Sin embargo, sería una simplificación considerar la demanda de los consumidores como la única responsable del aumento del valor del comercio mundial. Euler Hermes y Allianz estiman que la dinámica de la ofena y la demanda de los consumidores es la causa de alrededor del 15%. En torno al 35% del aumento sería debido a las perturbaciones y al aumento de las tarifas del transpone marítimo, pero el factor más imponante, que pesa alrededor de un 50%, sería la carrera de las empresas para volver a llenar sus almacenes. 
La carrera de inputs conduciría a un modelo de gestión de las existencias justin case (por si acaso), lo que puede favorecer una forma de "microespeculación": para anticipar el aumento de los precios, causado por la escasez de suministros, todos emiten pedidos adiciona les, lo que, a su vez, agrava la situación. 
En el Financia Times, Claire Jones, redactora de la rúbrica "Trade Secrets", define la pandemia como un ejemplo espectacular de bullwhip effect. Este "efecto látigo" se refiere a una situación en la que una pequeña variación de la demanda final provoca grandes oscilaciones en los pedidos anteriores y en la cadena de suministro de la misma forma que un pequeño movimiento de muñeca que mueve un látigo crea un gran movimiento en el extremo  porque todos los actores de la cadena tratan de satisfacer estas pequeñas variaciones de la demanda en descenso. 
Este movimiento del látigo no está a punto de detenerse. Según una de las fuentes del Financia/ Times, es probable que la demanda en Europa y en Estados Unidos siga fluctuando, lo que determi­nará picos aún mayores en la demanda de fabricación en Asia. El sector del trans­pone marítimo se verá afectado. Mary Lovely, del think tank americano Pe­terson lnstitute, afirma que los desafíos planteados por el desigual desarrollo ya estaban en curso antes de la pandemia: «El ritmo geográficamente asíncrono de la recuperación los agravó». 

La lucha contra el coronavirus

Euforia biotech

Las vacunas contra el nuevo coronavi­rus SARS-CoV-2 han marcado un resultado histórico, por la rapidez con la cual han sido desarrolladas y por las tecnologías empleadas, en particular la técnica innovadora que utiliza moléculas de ácido ribonucleico mensajero (mRNA). Las vacunas que han recibido una plena o limitada autorización son en total en el mundo 22, y 12 las más usadas (New York Times, Covid-19 Vaccine Tracker). En conjunto, añadiendo las vacunas en fase de evaluación clínica o preclinica, la Organización mundial de la salud enumera 320 (WHO, Covid-19 Landscape of novel coronavirus candidate voccine development worldwide, 12 de octubre). 
Mientras tanto, la producción total mundial tiene como objetivo superar en 2021 las 12 billones de dosis (Air­finity, 7 de septiembre) y 6,7 billones ya han sido suministradas en 184 países (Bloomberg, 18 de septiembre). La mayor parte está constituida por las dos vacunas (BioNTech/Pfizer y Moderna) basadas en la tecnología del mRNA. 
Si en el ámbito de la prevención la investigación científica ha logrado éxitos de excepcional alcance, los resultados en la terapia de la enfermedad todavía son decepcionantes. 
Como siempre ocurre en la historia de las epidemias, charlatanes y embaucadores proliferan. La pandemia secular no constituye una excepción, ha vuelto a lanzar las teorías más imaginativas y todo tipo de conspiraciones; han dado la cara, además de eminentes "pensadores", muchos políticos también de niveles muy elevados, apoyando remedios "milagrosos", arrastrando la complicada investigación científica por los patios de su política. Como muestra un botón: el asunto de los antimaláricos cloroquina e hidroxic/oroquina a los que, según el BMJ, se les ha dedicado un «número desproporcionado» de investigaciones, y que han sido exaltados por distintos aventureros políticos, entre ellos el presidente americano Donald Trump y el brasileño Jair Bolsonaro. 
En 1894, Friedrich Engels ponía en guardia a los jóvenes sectores del movimiento obrero acerca de todos los excéntricos que habrían intentado acercarse: entre otros, «adversarios de la vacunación», defensores de la medicina natural, predicadores de la abstinencia del alcohol, «autores de nuevas teorías sobre el origen del mundo», inventores fracasados. Y, por último, «locos honestos e impostores deshonestos». 

Científicos, charlatanes y contendientes 

Con la aparición de la enfermedad desconocida provocada por el nuevo corona virus, la medicina ha echado mano con ansiedad y de manera un poco revuelta del arsenal terapéutico ya existente y ha empezado a probar potenciales nuevos tratamientos para detener al virus o, al menos, atenuar sus manifestaciones más graves. 
Excepcional ha sido la dedicación de la comunidad científica, aunque con algunas repercusiones negativas. El Brítish Medica Journa ha informado de que tan solo entre enero y junio de 2020 se contabilizaron más de mil trial clínicos registrados dedicados a los tratamientos. Los autores de la investigación observan que una cantidad de estudios tangrande, paradójicamente, ha hecho que fuera más difícil para los médicos, para las propias agencias reguladoras y para los gobiernos la interpretación de los resultados y la identificación de los tratamientos más eficaces o más prometedores sobre los cuales concentrar la investigación y la elaboración de pautas fiables. Estudios heterogéneos, repetitivos, redundantes, contradictorios, construidos sin un proyecto bien estructurado han expuesto la investigación a defectos y fracasos. «Ha­cer ciencia mediante notas de prensa», publicando apresuradamente estudios incompletos, sin una revisión por parte de un grupo de control, «se ha convertido en algo habitual» y «ha alimentado confusión y sensacionalismo», causando ansiedad y desorientación en el público (BMJ, 16 de octubre de 2020). 
La fanfarria mediática ha puesto de su parte, anunciando "sensacionales" descubrimientos, dando por verdaderos unos resultados dudosos o erróneos y difundiendo ilusiones y desilusiones. Se ha fertilizado el terreno de las actitudes anticientíficas, como los prejuicios hacia las vacunas. 

A la caza de antivirales
 
Los estudios publicados para la curación del Covid aumentan a un ritmo que nunca antes se había visto. BMJ contó 2.800 en marzo de 2021, entre completados o en curso, pero «las pruebas para un tratamiento eficaz siguen siendo limitadas» (Drug treatments for Covid-19: living systematic review and network meta-analysis, 13 de abril). 
La lista de las medicinas a prueba, entre "viejas" revisitadas y nuevas, es larga. Tan solo para los antivirales, según un amplio estudio del que nos habla el instituto californiano Scripps Research, entre los miles de fármacos examinados, 90 habrian mostrado alguna capacidad de impedir la réplica viral, 13 con un «alto potencial» (Extensive study identifies over a dozen existing drugs as potential Covid-19 therapies, 3 de junio).

El New York Times enumera 25 tratamientos mayormente debatidos. Tan solo uno hasta ahora está autorizado por la FDA americana (y también por la EMA), otros cinco se «utilizan ampliamente» y con autorizaciones que limitan su uso, uno está considerado «prometedor». Los demás todavía son candidatos controvertidos y están en fase de evaluación. El periódico añade a esta lista otros tres clasificados como «pseudociencia» ( Coronavirus Drug and Treatment Trac­ker'' 13 de octubre). 
El tratamiento autorizado es el remdesivír de la empresa californiana Gilead Sciences, la cual hace ocho años sacó su fármaco contra la hepatitis C alcanzando facturados multimillonarios. El remdesivir es un antiviral que había demostrado resultados "poco brillantes" contra el Ébola y la hepatitis C, aunque muchos expertos sigµen mostrando escepticismo sobre su real eficacia en prevenir las consecuencias más graves del Covid-19. 
Entre los otros tratamientos "amplia­mente usados", está la vieja dexametasona, un corticosteroide en uso desde hace décadas, que ha demostrado su validez sobre todo en las formas graves de Covid-19, ahorrando vidas. Los otros son anticuerpos monoclonales, suministrados principalmente en cocktail, de las compañías americanas Eli Lilly y Regeneran y de las británicas AstraZeneca y GlaxoSmithK.line (GSK), esta última en partnership con la californiana Vir Biotechnology. Los anticuerpos monoclonales llevan utilizándose desde los años 70 y desde entonces la FDA ha autorizado su uso en 79 enfermedades, desde el cáncer al SIDA. Para el Covid-19 todavían están evaluándose: se muestran eficaces en reducir la mortalidad, pero hallan limitaciones en la necesidad de usarlos en las fases iniciales de la enfermedad y de suministrarlos por vía parenteral.  
A comienzos de octubre, Merck & Ca. solicitó en Estados Unidos la autorización para. comercializar el primer antiviral que puede administrarse por vía oral (molnupiravir), desarrollado en colaboración con la biotech Ridgeback Biotherapeutics. La eficacia tan elevada en reducir la hospitalización y la muerte por Covid-19, junto con la facilidad de suministración en comprimidos durante 5 días, ha despertado muchas expectativas. Por su parte, Merck planea la duplicación de la producción en 2022, llevándola a al menos 20 millones de ciclos, equivalentes a 800 millones de comprimidos, con la firma de acuerdos con otras casas farmacéuticas para la producción de versiones genéricas a precios rebajados (Financial Times, 13 de octubre).
Merck se recupera de la doble derrota en el ámbito de la investigación de la vacuna. Se trata de una de las cuatro grandes sociedades farmacéuticas que antes de la pandemia se repartían el 90% del mercado global de las vacunas. Sus dos candidatas, ambas de vector viral, de las cuales una en colaboración con el Institut Pasteur, fueron abandonadas a principios de año por la insuficiente respuesta inmunitaria.
El fracaso del segundo mayor productor de vacunas en el mundo ha sido saludado como una derrota no solo americana sino también francesa, porque la comparte con una antigua gloria de la investigación de más allá de los Alpes. «Una derrota biomédica en el país de Pasteur» que evidencia «la incapacidad de la investigación francesa», escribió Les Echos (29 de enero). Así pues, Merck se ha concentrado en las terapias, produciendo pocos meses después el primer antiviral que se puede suministrar por vía oral.

Reconstituyente para el biotech 

La pandemia ha impulsado una ace­leración en todo el sector de las biotecnologías en ámbito médico: vacunas, fármacos y biomédicos. El sector de las vacunas, de "marginal" con respecto a los fármacos, ha adquirido una importancia relevante. 
La afirmación de la tecnología que explota el mRNA abre el camino a nuevos desarrollos en medicina. El estudio de fármacos "personalizados" utilizando la técnica del mRNA contra algunos tipos de tumores llevaba algunos años
gestándose en pequeñas sociedades bio­tecnológicas, como la alemana BioNTech y la americana Moderna, pero sin lograr colocarlos en el mercado. Su éxito en las vacunas anti Covid-19 ha despertado expectativas sobre la utilización de esta tecnología para curar un amplio espectro de patologías, desde el cáncer hasta las enfermedades infectivas. Según sus defensores, «una más amplia adopción de la tecnología a base mRNA anuncia una revolución en la medicina moderna» (Financial Times, 14 de octubre). Las grandes sociedades farmacéuticas habrían abandonado el anterior escepticismo hacia estas investigaciones "de nicho" y apuestan ingentes inversiones sobre una amplia gama de nuevos fármacos "a medida".  
Tan solo el mercado de los antitumorales, que llevan años a la cabeza a la hora de atraer inversiones en investigación y desarrollo y en el crecimiento, ya tenía como objetivo superar los 311 billones de dólares en 2026, más del doble del valor de 2019. En total, los fármacos "biotecnológicos" representaban en 2012 en valor el 20% de las ventas totales de medicamentos, en 2020 el 30% y se prevé que van a constituir el 35% en los próximos cinco años (EvaluatePharma, World Preview 2020).
Décadas de investigaciones han recibido un nuevo impulso, tratamientos que se están aún gestando van a llegar pronto al mercado de la salud, los avances en el ámbito de la terapia génica, las nuevas tecnologías, despiertan grandes expectativas de curaciones eficaces contra las más variadas patologías, desde los tumores hasta las enfermedades infectivas, desde las enfermedades neurológicas hasta los desórdenes del sistema inmunitario. 
Buenas noticias para la medicina y óptimas para las perspectivas de los capitales. La euforia biotech atrae un vigoroso flujo de inversiones, públicas y privadas, en las grandes y pequeñas sociedades farmacéuticas, volviendo apetecibles al mismo tiempo una multitud de pequeñas empresas biotech que durante años se han dedicado a la investigación pero con pocos o ningún resultado económico.  
El índice NASDAQ Biotech ganó más del 30% en 2020, alcanzando su máximo histórico; sustanciosas financiaciones les han llegado a las startup privadas, que recaudaron casi 22 mil millones de dólares en 2020, 39% más que el año anterior (EvaluatePharma, World Preview Report 2021). Según Nature, las empresas biotecnológicas privadas han registrado un récord por número y por recaudación de fondos, induciendo a algunos analistas a temer una "burbuja"; y sigue la actividad de adquisiciones y fusiones, donde se destaca la adquisición de sociedades biotech por parte de grandes compañías farmacéuticas, cuyo objetivo es el de ampliar sus capacidades sobre todo en el campo de los antitumorales de nueva generación y de la terapia génica (Nature Biotechno­logy, 1 de abril). 
Para el sector industrial de las biotecnologías se vislumbra una intensa reestructuración y una acalorada batalla.