Erosión del orden monetario

Con la crisis asiática de 1997-98 desde los países emergentes surge la necesidad de reforzar sus defensas contra las tempestades monetarias. Desde entonces las reservas de divisas internacionales se han multiplicado por doce. Protagonista de este movimiento ha sido el dólar, principal medio de pagos internacionales, exclusiva unidad de cuenta de las principales materias primas y de la energía, moneda preferida para créditos e inversiones. También cuando las crisis incubadas en Wall Street y las aveturas militares sin victorias de Washington han costado caro a adversarios y aliados, la fuerza de estos vínculos incorporados en el dólar se ha mostrado insoslayable. 
Esta fuerza había sido ya experimentada al inicio de los años setenta, cuando el mundo sufre la decisión unilateral estadounidense de abandonar la convertibilidad en oro del billete verde. La adopción de las tasas de cambio fluctuantes y su intrínseca volatilidad marcó el comienzo del proceso de tres décadas de construcción del euro. Las múltiples batallas políticas, militares y financieras del imperialismo y el ascenso de nuevas potencias (incluida la Europa del euro) han acwado como· factores de erosión de la cuota del dólar en las reservas, que pasa entre 1999 y hoy del 71 al 58%, aunque nunca han puesto en duda su rol dominante. La segunda divisa de reserva en el mundo, el euro, con una puma máxima del 27% alcanzada luego de la caída de Lehman, se sitúa en el 20%. 

Las vías de la desdolarización 

La incautación de 300 mil millones de dólares de las reservas rusas por la invasión de Ucrania ha puesto interrogantes sobre la seguridad de las reservas monetarias. En el curso del 2022 las reservas globales se han reducido por billones. Ha sido un paso inédito por dimensión en la llamada  de la economía, es decir, la transformación en armas de los medios de la economía las monedas, las tecnologías, la energía, las tasas, la política industrial  blandida principalmente, pero no sólo, contra el imperialismo ascendente, China. Se reaviva así el debate sobre la desdolarización, fórmula de significado variable: reducción del uso del dólar, desafío a su dominio, proceso de un multipolarismo monetario. 
Según el Economisc de finales de abril, los motivos que alientan la búsqueda de una alternativa a la moneda estadounidense el aumento del precio del oro, la caída del dólar en las reservas, la reacción a las sanciones de la potencia hegemónica, la potencial crisis fiscal por el pulso sobre el techo de la deuda entre la Casa Blanca y el Congreso republicano no son capaces de eclipsar la «omnipresente atracción gravicacional» del dólar que, sin embargo, puede ser «eludida»: hoy China paga en yuanes el 16% de las exportaciones rusas, regula en yuanes gran parte de su comercio, puede disponer de una moneda digital para sus transacciones, sin pasar por el dólar. En otras palabras, el mensaje de la City es imposible la sustitución de la hegemonía del dólar, improbable un sistema monetario multipolar, inevitable una mayor erosión del dólar. E1 ritmo de la erosión podría señalar una mutación multipolar del sistema, hipótesis que, según Romano Prodi, hoy «está más lejos que nunca», o bien evidenciar la fragmen­tación y los empujes del decoupling entre potencia hegemónica y potencia retadora, o anunciar la ruptura del orden.


politicas de potencia
 
Las reservas monetarias son una medida de las relaciones de potencia. Siendo detentadas y administradas por los poderes monetarios, reflejan más que meras relaciones económicas entre Estados; resultan de la historia de relaciones estratégicas, de alianzas, de victorias y derrotas, así como de lazos multilateral les existentes en los mercados del imperialismo unitario. En los primeros años sesenta, Charles de Gaulle denunció «la extraordinaria posición superprivilegiada que el mundo ha concedido a la  moneda de Estados Unidos luego de quelas dos guerras mundiales hayan dejado al dólar solo en medio de las ruinas de las otras monedas». En la época, en base al gold exchange standard, Washington tenía todavía el compromiso formal de convertir los dólares de sus partners en oro. Tras la suspensión de la convertibilidad, el privilegio ha crecido. Estados Unidos no tiene necesidad de reservas de divisas para actuar en los mercados. Sus reservas son las prensas que imprimen dólares y hoy convierten el súper privilegio en súper endeudamiento.

Las reservas dicen mucho pero no lo suficiente. El PIB estadounidense, calculado por el FMI a paridad de poder adquisitivo (PPA), es hoy el 15,6%del producto mundial, comparable al de la Unión Europea (14,9), mientras que China ha alcanzado la primacía con el 18,5. Los economistas anglosajones prefieren la cuenta del PIB a precios de mercado: con ella EE.UU. está al 25,4%, la UE al 16,6 y China al 18, l.La diferencia de la cuota estadounidense en las dos escalas -10% del producto mundial es una medida, a grandes rasgos, de aquel súper privilegio que confiere al dólar un poder adquisitivo de bienes y capitales, en el mercado mundial, dos tercios superior al permi­tido por los precios internos. A precios de mercado, los países emergentes si­guen estando por debajo de los avanzados (43 contra el 57%), mientras que a PPA la relación parece revertirse (58 contra 42). Aspecto interesante para el análisis del unilateralismo estadounidense: a precios de mercado, el declive del imperialismo estadounidense de los últimos treinta años desaparece casi por arte de magia y la cuota estadounidense entre los países del G 7 crece entre 1990 y 2022 del 40 al 58 %.

Tentativas por un yuan internacional 

La fuerza económica de China se manifiesta en el ser el mayor poseedor mundial de reservas de divisas, 3,2 billones de dólares generados por sus gigantescas exportaciones. El stock de inversiones exteriores directas de China y Hong Kong, entrantes y salientes, asciende (bruto de duplicaciones reóprocas) a 10 billones. La debilidad de Pekín es que todo el movimiento se desarrolla esencialmente en dólares, mientras la moneda china, el renminbi, cuenca apenas el 2,7% de las reservas mundiales. En torno a esta porcentual gira el uso de la moneda china en las transacciones globales. Según SWIIT, el yuan pesa en los pagos internacionales (excluidos aquellos dentro de la Eurozona) por el 1,6%, el dólar por el 46,8% y el euro por el 31,9%. En las uansacciones de los mercados financieros globales el yuan pesa el 4,3%, el dólar el 85,2% y el euro el 5,6%; el dato remarca el rol de «moneda mundial» que el dólar comprende para todo el capital financiero, cualquiera que sea la frontera que cruce. El 70% de los préstamos extranjeros de China están denominados en dólares y sólo el 10% en yuanes. Si China no ofrece dólares, los deudores los buscarán en otra parte. Desde hace años Pekín ha estado persiguiendo la internalización del yuan. La guerra rusa en Ucrania ofrece una oportunidad. Moscú paga al gigante amigo aumentando la cuota de las exportaciones a China pagadas en yuanes y se compromete a utilizar la moneda china en sus pagos en Asia, África y América Latina. En la misma dirección, Pekín dirige las relaciones con Brasil. El Banco Central chino autorizó al Comercial Bank of China (ICBC) a operar en Brasil como clearing bank del yuan. Durante la visita de abril ·a Pekín de Luiz Ignacio Lula, se anunció un acuerdo en principio para llevar a cabo el comercio entre los dos países sin utilizar el dólar. Un anuncio análogo hizo el ministro de Economía de Buenos Aires sobre el comercio entre China y Argentina. El pago en yuaones de algunos suministros petroleros se discute con Arabia Saudí, tras el papel jugado por Pekín en la reconciliación entre Riad y Teherán. India quiere, a su vez, favorecer el uso de su moneda: hay un acuerdo para pagar el petróleo ruso en rupias y uno entre India y Bangladesh para regular el intercambio con sus respectivas monedas. Qué darán a luz estos anuncios está por verse.

El espacio por el yuan
 
¿Cuál es el espacio de la batalla de Pekín para extender el uso de su moneda? El embajador chino, Li Chenggang, recordó recientemente en la OMC que China es «el principal parcner comercial de más de 120 países y regiones». Un ámbito más reducido es el de la red de líneas swap (acuerdos bilaterales para el intercambio de divisas) que China ha construido a lo largo de dos décadas con unos cuarenta países y una capacidad conjunta de 570 mil millones de dólares. El expresidente de Goldman Sachs Asset Management y exsecretario comercial del Tesoro británico Jirn O'Neill discutió la hipótesis de la creación de una coalición de estados en torno al BRICS (Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica) extendida a Arabia Saudí e Irán, como un intento de cotizar el petróleo en monedas distintas al dólar. O' Neill niega credibilidad a tales proyectos, «a no ser que la eliminación del dólar no sea un objetivo explícito genuinamente compartido y profundamente arraigado».
En Foreign Policy Joseph Sullivan, economista del antiguo Consejo de Asesores Económicos de Donald Trump, secunda, en cambio, la posibilidad de una «moneda BillCS» como moneda para los intercambios transfromerizos de los cinco países, con argumentos del nacionalismo económico: una moneda BRICS le vendría bien a Estados Unidos, cuyo papel monetario global va en detrimento del empleo y la competitividad estadounidense; no sería un destronamiento del dólar sino sólo una delimitación de su territorio.  
Zongyuan Zoe Liu del CFR, columnista del Foreign Policy, informa sobre la discusión sobre el yuan: Pekín afirma no quiere derrocar al dólar, quiere incrementar el uso del yuan en el comercio y la inversión. La autora cree que el marco más adecuado para este propósito es la OCS, la organización de cooperación creada en 2001 entre China, Rusia, Kaza­jistán, Uzbekistán, Kirguistán y Tayikistán. La OCS había sido el primer ámbito en el que en 2012 el viceprimer ministro Wang Qishan propuso, incluso antes del lanzamiento del Belt and Road lnitiative, el aumento del uso de monedas locales en la regulación comercial. Irán ha sido recientemente acogido como miembro, mientras que Turquía, los países del Golfo y Egipto tienen partnership diferenciadas. El objetivo sería defensivo: los países productores de materias prip1as temen ser potenciales victimas de sanciones; para China, la OCS sería un amortiguador de seguridad geoeconómica, en caso de un aislamiento severo. 

"Convertibilidad imperfecta"

Barry Eichengreen y otros, en un ensayo para el CEPR, piensan que el intento de China es internacionalizar el yuan sin tener que implementar antes la convertibilidad total de la cuenca de capitales, generalmente considerada una precondición absoluta. Eichengreen evalúa, en cambio, que la operación es factible y que Pekín se mueve en una acción combinada en dos frentes. En el primero se trata de denominar en yuanes el comercio y los pagos chinos; pero, luego, se necesita que los partners que hayan acumulado yuanes los conserven. Este es el frente del desarrollo de los mercados offshore de yuanes y las líneas swap enue los bancos centrales. 
El mayor rezago se encuentra en este frente, que el autor compara con el mercado de eurodólares para EE.UU. Considera que es posible trazar un paralelo entre la China de hoy y los EE. UU. en los años Cincuenta y Sesenta, cuando también Estados Unidos estaba en un régimen de «convertibilidad imperfecta», con una moneda respaldada en oro, pero no convertible en el mercado interno. Pero la «convertibilidad imperfecta» de Estados Unidos fue posible gracias al resultado de una guerra mundial y a los acuerdos de los vencedores anglosajones en Bretton Woods. Un detalle a menudo pasado por alto por los economistas. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Recuerde que los comentarios serán moderados y serán publicados a la brevedad ...