Mientras en Europa continúa el ataque imperialista contra los salarios y el Estado de Bienestar, en Brasil, Turquía, Egipto y Asia asistimos a una crisis de modernización.
De las “primaveras” habían hablado todos ignorando las clases, las fracciones de clase y los intereses de las potencias. Ahora igualmente ignoran las brutales represiones y masacres.En China el gobierno reprime con violencia las huelgas de los obreros.Brasil y Turquía no son un mejor ejemplo de violencia organizada contra nuestra clase.
En El Cairo el nuevo gobierno golpista ya ha matado a más personas que Mubarak (presidente derrocado tras la “primavera” de 2011), pero la hipocresía de la ideología democrática y de la guerra humanitaria se activa solo cuando interesa; en Egipto da la espalda a las plazas y avala el Golpe de los generales, en Siria mueve su diplomacia, buscando un sangriento empate entre las fracciones de la burguesía. Pero es nuestra clase la que paga la cuenta: más de 100.000 muertos, el 40% de los sirios hoy son prófugos.
A los jóvenes de Estambul, El Cairo, Shanghái, São Paulo, Damasco y los otros 2000 millones de asalariados en el mundo podemos ofrecer la claridad del marxismo para que no sean instrumentalizados para los intereses de otros.
Hace falta un punto de vista de clase, porque las clases existen y actúan, y nosotros estamos con la clase obrera; organizarse al 100% y una estrategia mundial e internacionalista.Es posible contestar a los ataques del imperialismo difundiendo el principio del internacionalismo proletario, a partir del corazón del imperialismo europeo.
Para los que no se resignan a sufrir y no se conforman con quejarse hay realmente mucho que hacer.
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