Relevo gubernamental: continuidad antiobrera

En la alternancia de los países mediterráneos nominados para el poco envidiable título de “país en riesgo” en la crisis de la deuda que afecta a la euro-zona, ahora le toca el turno a España.  El verano pasado, cuando la tormenta afectó a Italia, España parecía segura después de las drásticas medidas del gobierno socialista de Zapatero.  Hoy es España la que se encuentra en el ojo del huracán.  A pesar del importante “retoque” de 15 mil millones de euros al presupuesto realizado en tiempo récord en diciembre por el recién llegado gobierno popular de Mariano Rajoy, España es señalada por Europa como el país que puede desencadenar un nuevo capítulo de la crisis fiscal europea.

Bajo la presión de la Banca Central Europea y de la UE, el gobierno corre para arreglarlo todo, presentando una maniobra de ajuste de las cuentas públicas definida por la vicepresidenta Sáenz de Santamaría como “la más dura de la historia democrática del país” y, para el Financial Times, una de las más duras realizadas en Europa desde el estallido de la crisis del euro.  El día después de la huelga general contra la reforma laboral, el gobierno anunció medidas con las que piensa recuperar 27.300 millones de euros antes de finales de año.  Junto a los 15 mil millones de diciembre la suma total supera los 42 mil millones de euros.  La intención de Rajoy es reducir el déficit 3’2 puntos porcentuales sobre el PIB en un año para llegar al objetivo fijado por la Unión Europea.

Zapatero le preparó la carrera a Rajoy con medidas de decenas de miles de millones de euros en dos años, y en el relevo socialista-popular el “testigo” está hecho del mismo material: sobre los trabajadores se abate una avalancha de tasas y tarifas, recortes del gasto social y congelación de salarios.  La reforma laboral permitirá despidos más fáciles y menos costosos para las empresas y una indemnización menor para el trabajador, mientras se augura un empeoramiento de la coyuntura económica en una situación ya difícil por sus tasas récord de paro.  “Los españoles afrontan un año terrible”, escribe el Financial Times.


De Italia a España, de Grecia a Portugal:  a la Europa mediterránea se le pide aumentar su competitividad con una zona euro que tiene dificultades para crecer.  La competición entre las potencias se hace más áspera y el imperialismo europeo, los bancos, las finanzas y las empresas presentan la cuenta a los trabajadores, exprimiendo todavía más a quien está desesperado por la carcoma de la incertidumbre del trabajo.

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