Crónicas europeas
«La apuesta de una Europa potencia»: el título de les Echos indica la vocación de la Comisión dirigida por Úrsula von der Leyen. A principio de septiembre, la presidenta ha presentado al equipo de los comisarios, guiada por una cabeza política de tres «vicepresidentes ejecutivos».
Federalización de hecho
La liberal danesa Margrethe Vestager será responsable de «una Europa lista para la era digital». En la carta de nombramiento, von der Leyen indica su vasto campo de acción: plantear una «estrategia para el futuro industrial de Europa» que refuerce la com petitividad en los sectores «civil. de defensa) y espacial», con particular atención a la «inteligencia artificial» y al sector «digital>>.
El socialdemócrata holandés Frans Tim mermans promoverá un «Green Deal europeo» que debe convertirse, subraya von der Leyen, en «el rasgo distintivo de Europa». La ideología ecologista se está afirmando como sentido común en el Viejo Continente, mientras la contienda imperialista impone un gigantesco ciclo de inversiones para la reestructuración en la movilidad eléctrica, en la transición energética y en las telecomunicaciones.
El letón Valdis Dombrovskis, del PPE, recibe el encargo para «una economía al servicio de las personas». La fórmula recuerda la imagen de una Europa que protege, especificada por von der Leyen en la carta de nombramiento: «Ahora es más importante que nunca colocar los derechos sociales. la protección y la equidad al centro de nuestra economía moderna», implementando así «el pilar europeo de los derechos sociales». En la tarea general de «profúndizar en nuestra unión económica y monetaria», también la cartera de Dombrovskis está orientada a la proyección de potencia: reforzar el papel del euro en cuanto «asset estratégico», promover «la competitividad y la autonomía estratégica» de la UE, asegurar que Europa «sea más resiliente a las sanciones extraterritoriales de terceros países».
Desde el punto de vista institucional, según Politico, «elevar tres figuras del grupo bastante numeroso de los ocho vicepresidentes. otorgándoles junto con los papeles de coordinación acceso y supervisión en relación a las Direcciones generales de la Comisión es el camhio estmctural más grande anunciado por van der leyen».
En esta centralización y jerarquización parece expresarse una cifra política: con respecto a la dialéctica entre los Estados, y a la hipertrofia generada por el principio que asigna a un comisario a cada capital, el directorio expresa una federalización de hecho de la Comisión, sin necesidad de una modificación de los tratados.
European way
En ocasión del disscurso anual a los embajadores franceses, el presidente Emmanuel Macron ha advertido que la civilización europea corre el riesgo de quedar aplastada entre América y China. Estados Unidos «está en el campo occidental pero no posee el mismo Humanismo»: «su sensibilidad ante las cuestiones climáticas. la igualdad y el equilibrio social» no es la misma. Es más bien un «primara de la libertad» lo que caracteriza la civilización americana. En cuanto a la civilización china, «no tiene las mismas preferencias colectivas ni los mismos valores» que una Europa plasmada por el Renacimiento y la Ilustración.
Se forman las ideologías de un soberanismo europeo que supera e incluye los soberanismos nacionales. Yon der Leyen le ha asignado al vicepresidente Margaritis Schinas, quíen se ocupará entre otras cosas de la inmigración, la «misión» de «proteger nuestro estilo de vida europeo».
Un comisario en la Defensa
Yon der Leyep subraya el rasgo inclusivo de su Comisión. Con los ocho nuevos vicepresidentes. «todas las diferentes regiones en la Unión europea están representadas», y los tres vicepresidentes ejecutivos representan las tres principales familias políticas de la UE: liberales, S&D, PPE.
Además del directorio, algunos encargos se anuncian de gran relevancia considerando la vocación «geopolítica» de la Comisión. La francesa Sylvie Goulard obtiene la cartera del Mercado único que, en el ámbito de la política industrial europea, incluye la industria de la defensa y la política espacial. Comenta les Echos: «Sin asignar explícitamente a un comisario este único sujeto el amargo dulce habría sido dificil de tragar. sobre todo en Alemania von der leyen le encarga por tanto a Francia la tarea de supervisar la puesta en marcha de una auténtica estrategia europea en materia de defensa».
El irlandés Phil Hogan, uno de los más fervorosos oponentes del Brexit, es nombrado para el Comercio: tendrá que negociar un eventual futuro acuerdo de libre intercambio con Londres y gestionar la relación comercial con Washington. El Financial Times ve en ello una señal de asertividad.
Crisis europea de los Tory
Boris Johnson ha decidido suspender el parlamento durante cinco semanas, considerándolo un obstáculo a su táctica negociadora que agita la amenaza de un no-deal Brexit. La presión ha puesto en tensión al Partido Conservador, hasta la roptura: 21 diputados han votado junto a la oposición una ley que obliga al primer ministro/a una ampliación del plazo del 31 de octubre si no hay acuerdo. Como respuesta, Johnson ha expulsado del partido a los 21 rebeldes, privándose así de la escasa mayoría en la Cámara de los Comunes.
Philip Stephens, en el Financial Times, observa que cuando era alcalde de Londres Johnson se presentaba como un conservador liberal One Nation. Ahora. con la limpieza de los 21 tory rebeldes, «ha tirado por la borda el conservadurismo moderado de Edmund Burke», quien sí deseaba «una gran iglesia». En el afán por contener al Brexit Party de Nigel Farage, ha reducido a los Tory a «partido del nacionalismo inglés». La crisis europea del Partido Conservador suscita la sugestión de una posible re composición política de signo whig y europeísta.
En contra de la línea Johnson, ha actuado también el poder judicial: el Tribunal Supremo del Reino Unido, instituido en 2009 en el marco de los poderes UE, ha establecido por unanimidad que «la decisión de aconsejar a Su Majestad que suspenda el parlamento ha sido ilegal», porque «ha tenido el efecto de frustrar o impedir la capacidad del parlamento de llevar a cabo sus funciones constitucionales. sin una justificación razonable». En el contexto excepcional del Brexit, «los efectos sobre los fundamentos de nuestra democracia eran extremos». En un país de common law, la sentencia sienta un precedente histórico. Para Johnson, la derrota es grave: su premiership vacila tan solo dos meses después de haber entrado en Downing Street.
Desequilibrio y re equilibrio parlamentario
Hemos indicado la tendencia de la democracia imperialista a la centralización de los poderes políticos en los Ejecutivos. A esto le corresponde la crisis del parlamentarismo: los legislativos han dejado de ser el lugar de la decisión estratégica; es más, en realidad actúan de caja de resonancia del desequilibrio mediante la sobrerrepresentación de las oscilaciones de la pequeña burguesía y de los estratos intermedios. Sin embargo, el caso americano, donde el Congreso intenta contener a Donald Trump, el italiano, donde el transfonnismo parlamentario ha ofrecido una realineación europea contra el soberanismo leguista, y el británico muestran que los parlamentos conservan un papel de compensación cuando el Ejecutivo se ve aferrado por fuerzas unilaterales. En Francia, la cuestión ha sido objeto de debate en relación con las instituciones de la Quinta República y con la centralización presidencial: ¿qué habría pasado si en la segunda vuelta el Elíseo hubiese ido a parar a las manos de Marine Le Pen?
La reflexión se concentra por tanto sobre la paradoja entre crisis del parlamentarismo y persistencia del Legislativo corno reequilibrador de última instancia. A esto corresponde la contradicción entre la exigencia de centralización en el Ejecutivo. sobre todo en la crisis, y el riesgo, aumentado en tiempos de democracia televisiva y política espectáculo. de que el mando lo aferren las fuerzas del desequilibrio.
De Churchill a Falstaff
Los comentarios reflejan los dos lados de la cuestión. Gideon Rachman, en el Financial Times, observa que las instituciones británicas han mostrado fuertes contrapesos al intento centralizador del «hombre fuerte» Johnson y de su consejero Dominic Cummings, quien al parecer se siente «fascinado por Otto von Bismarck. famoso por el desprecio hacia el parlamento».
En cambio, otros subrayan la crisis del parlamento, que queda clara por su ineficacia. Yernon Bogdanor, constitucionalista en el King's College de Londres, observa
en Figaro: «Los parlamentarios hoy se lamentan de que se les prive de algunos días de sesión. pero no han dado palo al agua en tres años. Hace ya mucho tiempo que el parlamento ha fallado»
Jacques Julliard, en Marianne, evidencia que la Cámara de los Comunes es «incapaz de formular una línea política: el parlamento se ha vuelto un bajel borracho. más aliviado de lo que se pueda pensar por haber sido dado de baja autoritariamente por el primer ministro».
Philippe Gélie, en Fígaro, explica: «En esta venerable democracia parlamentaria. cuya Constitución. no escrita. se apoya en un tejido frágil de convenciones y de fair play, las malas maneras del prime!" ministro crean un peligroso precedente. sacando a la luz la vulnerabilidad del sistema ante los golpes de fuerza».
Guillaume Perrault, siempre en Fígaro, declara terminada «la era del parlamentarismo triunfante» en Gran Bretaña. Un amplio número de liberales franceses, «desde Voltaire en adelante», ha admirado el pragmatismo de las costumbres políticas británicas: «indferencia hacia los debates de doctrina, culto de los antecesores gusto por la estabilidad». «Pero he aquí que el Brexit pone tenso al parlamentarismo británico».
Estos comentarios indican en la Constitución no escrita una debilidad peculiar del sistema británico. que confia a la incierta garantía de la costumbre y del «(fair play» el obsequio a la línea estratégica. La dura presión ejercida en Downing Street PºJ Johnson quien se cree estar reencarnando al estadista Churchill aunque en realidad se asemeja más bien, escribe Julliard. a «una síntesis improbable entre Donald Trwnp y John Falsta.ff de Shakespeare» esclaviza la preeminencia del Ejecutivo a su aventurismo, alternando en dirección del desequilibrio la dialectica entre los poderes.
Dialéctica entre los poderes en el declive atlántico
Sin embargo, la reflexión puede extenderse más allá del caso británico, a la dialéctica entre los poderes de la democracia imperialista en la nueva fase estratégica, y a la dificultad, en el nuevo ciclo político del declive atlántico, de garantizar la síntesis de una línea general cuando se eche en falta el consenso estratégico.
El aspecto decisivo para Londres es que el nudo de dicho consenso es la cuestión europea. Tanto desde el punto de vista estratégico como aquel institucional, la solución a la crisis británica reside en Europa. Relegada solo al ámbito nacional está condenada a enroscarse sobre si misma.
Escribe el Financia/ Times: « Von der Leyen y su equipo han empezado a trazar el lugar de la UE entre los colosos (Estados Unidos y China): una superpotencia reguladora que puede proteger y proyectar su modelo de una economía social de mercado sostenible». El comentario aparece como una advertencia al aventurero Johnson sobre la importancia del nexo continental en la nueva fase estratégica.