2. Crónicas de la Ruta de la Seda


La "Larga Marcha" del imperialismo chino

La "guerra comercial" entre China y los Estados Unidos solo es uno de los terrenos del enfrentamiento multipolar entre las grandes potencias, pero como se trata de dos pesos pesados, es representado como el match de apertura de una nueva fase de tensiones impredecibles. 
En febrero del año pasado, Walter Russell Mead inauguraba la columna "Globalist" del Wall Street Journal dando a conocer el haber hablado con Henry Kissinger. Después de una serie de conversaciones con los funcionarios de la Administración Trump y representantes del Partido Demócrata, Mead ha llegado a «dos conclusiones claras e inquietantes». Primero, Estados Unidos está atravesando un «viraje histórico» en las relaciones con China. Segundo, «no estamos preparados para lo que viene». Mead afirma que el imperialismo americano está dividido sobre cómo afrontar el viraje chino y esto hace que sea difícil definir una política exterior que pueda continuar de una presidencia a otra. 


La "niebla" de la guerra comercial 

La actual presidencia ha definido a China como un «rival estratégico» y ha iniciado una serie de acciones en el terreno político, comercial y tecnológico que, aunque independiente de los planes que la Administración pueda haber concebido, dan como resultado la· modificación de las relaciones chino-americanas de las que habla el historiador americano en el periódico de Wall Street. 
Russell Mead es una de las voces del establishment americano que quiere encontrar, y a veces dar casi a la fuerza, una lógica a la gesticulación descompuesta de la actual presidencia. Aquí describe un proceso más complejo, que concierne a ambos partidos, frente a los cuales se destaca un desafío por su naturaleza impredecible. Según Mead. de hecho, tanto Washington como Pekín se están posicionando para «algún tipo de competencia a largo plazo». pero «(ni nosotros ni los chinos podemos prever la entidad. el alcance ni la consecuencia de la rivalidad que está emergiendo». Ni Washington ni Pekín pueden predecirlo, porque «es imposible saber cómo se desarrollará el marcado desplazamiento en las relaciones chino-americanas»: «Las nubes que se están acumulando en el horizonte podrían disiparse o convertirse en una tormenta de proporciones históricas».

Entre estos dos resultados opuestos e impredecibles, Mead introduce una serie de variables, entre ellas la acción de las otras potencias, lo que ayuda a incrementar la incertidumbre estratégica. De todas maneras, según Mead, Estados Unidos se verá obligado a dedicar una parte creciente de sus energías políticas al estudio de la concepción estratégica china y esto, según su opinión, es uno de los motivos de su falta de preparación. 

Quince años negociando y combatiendo

El 20 de mayo, Xi Jinping ha visitado la provincia de Jiangxi lanzando una «nueva larga Marcha». En 1934, una parte del PCCh se retiró militarmente de Jiangxi, marchando hasta Shaanxi, para escapar del cerco de Chiang Kaishek. Global Times muestra la imagen del ascenso chino como  un proceso largo y accidentado, donde la"guerra comercial" solo sería una de las «trampas. línea de asedio Y emboscadas» que se presentarán al Dragon ascendente.
En realidad, la larga marcha de los años Treinta duro aproximadamente un año pero puede ser considerada el comienzo de la gueITa de independencia que se concluyo en 1949. La exégesis de esta analogia histórica 
puede apasionar a los sinólogos, pero es del debate chino de donde vienen las evaluaciones más interesantes. Nikkei de Tokio, cita por ejemplo esta interpretación de fuente china:«Una guerra de 15 años con Estados Unidos. Ofrece la opción de una retirada temporal para evitar el enfrentamiento frontal». Zhang Yanheng, economista jefe del Centro de intercambios Económicos Internacionales de China y miembro académico de la NDRC, la Comisión nacional de Desarrollo y reforma, preveo que de aquí a 2035 «los dos países negociaran con una mano y con la otra combatirán».
Según Katsuji Nakazawa, cuidadoso observador de China para Nikkei: la abundante terminología militar puede eclipsar la ambivalencia de la linea Xi, porque «presentar un compromiso como retirada temporal en el espíritu de la larga Marcha. haría que cada concesión pareciera calculada».

Nakazawa estuvo a cargo de la oficina china de Nikkei y afirmó que en mayo el Politburó se dividiría por la gestión de la negociación estratégica con Estados Unidos. Más tarde, Xi .linping obtuvo la mayoría en la dosis más asertiva de la «neva larga Marcha» en una reunión ampliada del Politburó. 

La Larga Marcha del "pluralismo inclusivo"

Los siete mandarines del Comité Permanente del Politburó deciden por consenso. pero en el caso de disensos se pasa a la votación. Las decisiones más importantes se presentan a los 25 miembros del Politburó en una sesión ampliada. que incluye a los jefes de las grandes provincias. Por lo tanto. «aunque esté en el corazón de la leadership - escribe Nakazawa ni siquiera Xi Jinping puede anular una decisión colectiva sin obtener el consenso de los líderes del partido». 
Según Nakazawa, entre otras cosas, un grupo de «compañías del Estado. sectores industriales que dependen de los subsidios (estales) e instituciones burocráticas que le protegen» se oponía a un tipo de compromiso comercial con Washington que habría acelerado la dolorosa reestructuración. pero no se puede excluir que otras corrientes vieran en ello una «humillación> políticamente inaceptable, más allá de los específicos intereses económicos que se mencionan. Señalamos que la tesis del observador japonés. aunque es dificil de verificar detalladamente, es en líneas generales especular a la de Russell Mead y parece plausible, si se considera cuan laborioso es el proceso de centralización pluralista en China, como ya hemos documentado otras veces. 
Por lo demás, para Song Luzheng del Instituto Primaveras y Otoños de Shanghái, una de las características de la Larga Marcha fue «la conquista del apoyo nacional». 


La rivalidad pedagógica 


Song forma parte del Instituto China de la Fudan. que es uno de los principales ámbitos del excepcionalismo chino. Esta escuela de pensamiento teoriza que la estructura china tiene una ventaja al representar el pluralismo de las corrientes políticas porque la tradición histórica del Estado, en China, sería «inclusiva». Dicha concepción, resumida en la fórmula de «armonía en la diversidad». no excluye luchas feroces para forjar un consenso interno. La Larga Marcha es una de estas, porque abre quince años de enfrentamiento militar que unificarán al Estado burgués. Cuando el PCCh. en el periodo sucesivo tuvo que enfrentarse a las grandes potencias. se vio atravesado vio.lentamente por una serie de luchas convulsivas. 
Hu Xijin. director del Clohal Times. escribe que la "guerra comercial" ha empujado a los chinos a desarrollar una «nueva conciencia de China» porque la reacción americana ha demostrado, como consecuencia lógica, que el Dragón se está reforzando. Si Estados Unidos está modificando su postura hacia China, significa que el ascenso chino es advertido efectivamente en los niveles máximos del imperialismo americano y esto debe inducir a las corrientes chinas a reflexionar sobre una serie de problemas de política exterior. algo de lo cual el Global Times es promotor. 

EE.UU. y China en la dialéctica multipolar 

Desde la página de comentarios de la edición china, se da a conocer un extracto de la intervención de Wang Jisi, presidente del Instituto de Estudios Estratégicos Internacionales de la Universidad de Pekín. Wang era parte de una corriente más propensa al acuerdo con Estados Unidos cuando. con Hu Jintao y Wen Jiabao, la línea general del liderazgo chino era el «ascenso pacifico», pero ha sido uno de los primeros en teorizar su actualización cuando Pekín comenzó a abandonar el «bajo perfil». 
Wang, escribe que hay que considerar cuatro aspectos: muchos piensan que China desafía «la hegemonía americana», ya que «Washinton no se ahorrará ningún esfuerzo para estrangular a Pekín independientemente del sistema político que tenga o lo que haga»: en segundo lugar, el sistema político chino, «cada vez más atractivo en los países emergentes» gracias a la Ruta de la Seda, «es considerado un desafió a la ideología occidental y al modelo democrático»: tercero, «existe una lucha de intereses. especialmente en la esfera económica»; por último, «la lucha política interna» empuja a algunos políticos americanos a buscar un «chivo expiatorio externo». 
Basándose en estos factores, siempre según Wang, la política americana «no puede ser reconducida al pasado. cuando cooperación y competencia coexistían». Desde 2017, Estados Unidos ha acumulado una serie de «acciones sin precedentes desde la descongelación de las relaciones en los años Setenta», produciendo un «cambio cualitativo de la política americana hacia China con el que no debemos tener ninguna ilusión». 
En su opinión, esto todavía no significa «que los vínculos bilaterales tendrán un cambio del mismo signo», porque se modifican en un marco multipolar. De hecho, «los líderes con una visión general en muchos países habrán visto los efectos globales que un conflicto estratégico entre China y EE.UU. podría causar y siguen promoviendo mejores relaciones con Pekín». .Se deduce que China debería «seguir promoviendo la colaboración multilateral con los países de todo el mundo. incluido EE.UU.». apoyándose sobre aquellas potencias que no tienen interés en una escalation del enfrentamiento



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