En la actualización de julio de los datos del ciclo, el FMI indica una ralentización con respecto a las previsiones primaverales, particularmente marcada en el comercio mundial y en la actividad manufacturera. Dice la economista.jefe Gita Gopinath que el crecimiento «flojo y precario» es en parte «autoinfligido», a caussa de la «prolongada incerteza política» producida por las tensiones comerciales, las tensiones tecnológicas y la aproximación de un Brexit sin acuerdo.
Premoniciones de una recesión
Los datos que los institutos nacionales han difundido en agosto confirman el enfriamiento del crecimiento. Los dos contendientes directos de la guerra desencadenada por Trump contra China contabilizan pérdidas. El crecimiento de la producción manufacturera china se ha ralentizado. año tras año, del 6,2 en junio al 4,5 en julio. El Economista de agosto dedica su portada a los «mercados en la era de la ansiedad» subrayando los efectos desiguales de la guerra comercial en los EE.UU.: de los análisis de los balances de 2.400 empresas estadounidenses cotizadas, en 42 sectores. resulta que las empresas de los veinte sectores más interconectados con China han reducido un 1 % sus inversiones, mientras los otros veintidós sectores la han aumentado un 14%.
La caída de las ventas automovilísticas a nivel mundial golpea con virulencia a Alemania que alcanza. en el sector, el nivel productivo más bajo desde hace dos décadas. La producción industrial alemana en junio ha sido del 6,2% inferior a la del año anterior. La economía europea, teniendo las relaciones más intensas con China. sufre particularmente la desaceleración. Martín Sandbu en el Financial Times indica el riesgo de que sobre Europa se precipite un triple shock comercial: los daños colaterales de la contienda chino-americana, una agresión comercial directa de EE.UU. contra la Unión (el economista jefe de la OCDE, Laurence Boone, la considera probable para el final del verano) y la repentina subida de las baneras arancelarias, a principios de noviembre, entre el Continente y Gran Bretaña. La consideración. no infundada, contiene una presión explícita sobre Alemania para que adopte sin dilaciones un programa de estímulo fiscal. y sobre el BCE para que dé el pistoletazo al paquete de medidas no convencionales preanunciado.
Eutanasia y euforia del rentier
Una de las consecuencias de la incertidumbre planetaria es la extensión como una mancha de aceite de los rendimientos negativos de los títulos de Estado y, en menor parte, de los bonos corporativos. Una primera oleada del fenómeno inédito fue la explosión en 2015: los temores de una deflación y los suscitados por la crisis en China inmobiliaria y accionaria habían vertido una masa de dinero sobre los títulos gubernamentales, sobre todo sobre los esta dounidenses y los países considerados puertos seguros para el capital monetario. Hoy, bajo el empuje de las tensiones comerciales y geopolíticas, títulos por unos de 16 billones (el 27% del total) tienen rendimientos negativos. Rendimientos negativos significa que el Estado no paga un interés a quien adquiere títulos públicos, sino que le pagan por la presunta seguridad que garantiza.
El fenómeno es sobre todo europeo. En Alemania los rendimientos de toda la batería de los títulos de Estado, desde el overnight a los bonos a treinta años, están por debajo de cero. En Suiza y Holanda todos los títulos gubernamentales. desde los bienales a los decenales, rinden menos de cero. Es una manifestación máxima de un largo proceso. producido, antes de la crisis. por la abundancia de capital monetario en, circulación en los mercados globalizados y, después, por las masivas adquisiciones de títulos de Estado por parte de las bancas centrales. El Financial Times recoje estos datos de ICE Data Indices: hace veinte años, más de la mitad del mercado obligacionista global rendía más del 5%; después de la crisis solo el 16% tenía aquel rendimiento; hoy solo el 3%.
La otra cara de la medalla son los bajos tipos de interés. Los bancos centrales
han siclo acusados de haber favorecido con el quantitative easing la otra gran categoría que es el rentier. Los rentier y los gerentes de acciones han tomado capital a préstamo
a tipo cero y lo han invertido en negocios más arriesgados y más lucrativos, o bien en la adquisición de acciones propias para aumentar el valor patrimonial. Las bancas centrales, entre los muchos papeles que han recuperado en el último decenio. han desempeñado también el nada nuevo de reciclar. a través del sistema bancario. a través del sistema monetario desde las manos de los rentier más te morosos a las de los rentier más temerarios, en la alquimia de la creación de capital ficticio.
Choque de poderes
En este mecanismo se encuentra hoy atrapada el Banco Central estadounidense. Después de su larga campaña del quantitative easing. con tipos de interés fijadas durante siete años entre 0.00-0.25%, la FED ha iniciado con enorme cautela un lento incremento de los tipos, sumando dos puntos porcentuales en tres años. El objetivo era recuperar para Ia política monetaria los dientes para hacer frente a la futura recesión. Los mercados financieros se han opuesto desde el primer intento, en el 2013. del entonces jefe de la FED Ben Bernanke de preparar la «normalización».
Trump ha atacado públicamente esta línea, especialmente después de haber lanzado la campaña de los aranceles contra China. Según Trump había sido una locura aumentar los tipos, mientras el BCE, el Banco de lnglatena y el Banco de Japón mantenían los tipos a cero. La FED es acusada de ser responsable de un dólar demasiado fuerte que obstaculiza la competitividad estadounidense. La apuesta es enrolar el poder monetario en la batalla anti-china y en la batalla ya iniciada por las presidenciales desde el 2020.
La FED ha bajado el tipo federal en un cuarto de punto el 31 de julio. La torpe presentación de la reducción, como un «seguro» contra los riesgos futuros provocados por la guerra comercial, como un «ajuste de mitad de ciclo», y la exclusión de la posibilidad de una serie de reducciones, ha provocado la caída de la Bolsa que esperaba, con el estimulo de la Casa Blanca, precisamente lo que Powell ha excluido. La línea de Powell no ha atenuado sino que ha acentuado las invectivas de Trump, que ha llegado a acusar a la FED de ser ella y no China el verdadero problema de los Estados Unidos.
Es oportuno señalar la contradicción inherente en uno de los tres pilares del armamento estratégico del poder monetario después del inicio de la crisis financiera global (tipos. medidas no convencionales forward guidonce) La.forward guidance. es decir la dirección anticipada, a través de la orientación de las expectativas de los mercados, necesita de una comunicación clara y unívoca y para ciertos aspectos codificada.
El estilo ambivalente y délfico de los gobernadores anteriores. como Alan Greenspan, pretendía a menudo sorprender a los mercados más que guiarlos. El Financial Times ha escrito sobre la exposición de Powell que «la decisión ha sido justa. la explicación no». En segundo lugar, laforward guidance se ha demostrado un instrumento
potente cuando el Banco Central era «el único jugador en la ciudad». reconocido como actor decisivo e incuestionable. Si el poder ejecutivo se enfrenta al poder monetario.
hace "su" forward guiance, confiriendo a los mercados poder de arbitraje. Esto es lo que está sucediendo hoy en la FED y este es el sentido que se puede atribuir a la valoración de Raghuram Rajan, exconormista jefe del FMI y ex gobernador del Banco Central de la India. entrevistado por Le Monde. cuando considera a la Federal Reserve «en una trampa», entre la creencia populista de que los tipos "justos" pueden generar crecimiento y la amenaza de volverse el chivo expiatorio de la ralentización o la eventual recesión.
Incluso el movimiento facilitado por la decisión de la FED, la reducción casi generalizada de los tipos de las bancas centrales de los países emergentes entre el inicio. de julio y la primera semana de agosto, se ha colocado en la cuenta de Powell, porque fortalece la tasa de cambio del dólar. Australia, Inndonesia, Sudáfrica. Corea del Sur. Turquía. Brasil, India, Nueva Zelanda. Tailandia ivan reducido sus tasas en al menos un cuarto de punto. Algunas previsiones contemplan recortes de tipos en México y China. La presión sobre la FED crecerá.
Disparos de advertencia monetarios
El 1 de agosto. Trump anunció una nueva oleada de aranceles sobre 300 mil millones de importaciones procedentes de China. a partir del 1 de septiembre. China. en represaría, anunció el bloqueo de las compras de productos agroalimentarios de Estados Unidos, pero la respuesta inmediata ha sido la de preciación del yuan por encima de la cuota psicológica de 7 yuanes por (dólar. La contra represalia de la Casa Blanca (acusar a Pekín de «manipulación monetaria» y exigír la intervención del FMI. Este episodio representa el disparo de advertencia de la potencial entrada de armas monetarias en la guerra comercial.
China no ha intervenido en el mercado de divisas para obtener el deslizamiento del y uan por encima de 7. sino que simplemente no ha intervenido para mantenerlo. Larry Summers. ex Secretario del Tesoro. describió el episodio como el «más peligroso , desde la crisisfinanciera de 2009» y afirmó que el movimiento descendente del yuan «no fúe artficial. fue una respuesta,del mercado completamente natural a las nuevas tarifas impuestas por los Estados Unidos». La guerra arancelaria es un factor importante para la fortaleza relativa del dólar porque la aprensión que crea en los mercados fortalece los flujos hacia el dólar, un valor refugio.
Para el economista, «permitiendo que el yuan baje. China informó que estaba preparada para una guerra comercial prolongada». Permitió la depreciación porque «de lo contrario debería defender una línea arbitraria contra el dolar cada vez que Estados Unidos se vuelva beligerante». La observación es sensata. A Trump le gustaría excluir de la guerra comercial la «respuesta de mercado» del yuan. es decir, le gustaría imponer a China el doble coste, el de los aranceles y el del gasto de sus reservas de divisas en defensa de su moneda. Por lo tanto, llama «manipulación» a la respuesta del mercado, es decir a la no manipulación. A principios de año, en el contexto de las negociaciones comerciales. la Casa Blanca buscó imponer la cláusula del «valor estable del renminbi». En 2016-17. el respaldo del valor estable del renminbi le costó a China I billón de dólares, una cuarta parte de sus reservas de divisas. Después de ese episodio. Pekín ha establecido estrictos controles de capital.
El objetivo de internacionalizar el yuan no permite mantener controles de capital infinitos. Por otro lado. Pekín no puede permitir que los ataques externos desangren sus reservas. Por lo tanto. China no tiene por ahora alternativas a la fluctuación gestionada de su moneda.
Las guerras económicas del imperialismo
Según Barry Eichengreen, la Casa Blanca ha discutido la posibilidad de una intervención de Estados Unidos en los mercados de divisas para. reducir el valor del dólar mediante la compra de monedas rivales. El Secretario del Tesoro, Steven Mnuchin. se habría opuesto. Las intervenciones monetarias, dice el economista, funcionan solo si están coordinadas entre lo grandes bancos centrales para objetivos compartidos, como sucedió en los acuerdos del Plaza en 1985 y del Louvre en 1987.
Fred Bergsten, fundador del Instituto Peterson y severo acusador de China en años anteriores por su «manipulación monetaria», recuerda que China ha manipulado su moneda en los últimos cinco años, pero para apreciarla, eso es «a favor de los Estados Unidos», y que la actual depreciación «se debe a las fuerzas del mercado». Son las tasas de Trump que empujan al dólar contra todas las demás monedas. El riesgo de la acusación de Trump contra China es según Bergsten que «la guerra comercial pueda convertirse en una guerra monetaria y dañar aún más la economía mundial».
Un proceso de este tipo es completamente posible, de hecho. a un cierto punto es inevitable. Arrigo Cervetto en noviembre de 1973 ("Opposizione revoluzionaria al centrosinistra") observó algunas características profundas del desarrollo imperialista: «la desaceleración de los países imperialistas no se ha producido por casualidad.
Es el resultado de los ritmos decrecientes que. de ciclo en ciclo. acompañan la vida de las mayores concentraciones de capital. la guerra de la productividad nacional se convierte en guerra comercial y guerra monetaria. las metrópolis imperialistas en 1971 intercambian enormes golpes que se llaman de valuación e in convertibilidad del dolar y re valuación del marco y el yen».
La apertura de China y la globalización liberal han dado una nueva vitalidad al imperialismo durante treinta años. Con la crisis global hemos regresado a un período de «ritmos decrecientes», con sus guerras de productividad, sus guerras comerciales y sus guerras monetarias.