Fortaleza anatólica para Erdogan

Los hechos son Testarudos, decía Lenin, y loss turcos lo han demostrado». Lo escribe el periódico traansalpino L 'Opinion,comentando en caliente el resultado de la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Turquía. Un resultado que desmiente, en el momento en que escribimos, tanto los sondeos como las expectativas de los medios) de diversas capitales europeas sobre el posible "fin del reinado'' del sulfuroso "sultán" turco Recep Tayyip Erdogan. 
Como ha ocurrido a menudo en la última década, las previsiones para una alternancia política en Ankara han subvalorado hasta qué punto los veinte años en el poder de Erdogan responden. como escribe el politólogo turco Ahmet lnsel, a «una aspiración social fuertemente enraitada en lo sociedad turrca». Unil vez más, es el bastión anatómico del AKP el que proyecta a Erdogan hacia un tercer mandato presidencial. 


Contienda en la cuenca nacional-islámica 

Aunque en declive relativo, con una pérdida de aproximadamente dos millones de votos desde el 2018, el AKP se confirma como primera fuerza política en el parlamento con el 35% de los sufragios. En alianza con el MHP y dos formaciones islamistas, Yeniden Refah y Huda Par (partido islámico conservador kurdo), confirma su mayoría, con 323 escaños de 600. La coalición de seis partidos que apoya la candidata presidencial de Kemal Kilic;daroglu, secretario del CHP, el partido de Atatürk , se queda en 277. En términos absolutos, la coalición de centroderecha Alidnza por el Pueblo obtiene 26.9 millones de votos, contra los 24,5 millones de la oposición. 
En las presidenciales Erdogan llega al 49,5% contra el 44,9% de Kilii daroglu. En términos absolutos, recoge 27, millones de votos, con un aumento de más de 700 mil respecto a cuando venció en la primera vuelta en 2018. Los 24.6 millones de votos a Kili daroglu representan un salto de más de 7 millones del candidato del 2018. Pero entonces el CHP, el IYI (El Buen Partido) y el filokurdo HDP, con candidatos separados, obtuvieron aproximadamente 22 millones de votos. Por lo canto, el avance ronda los 2,5 millones en esta vuelta, que ve. un aumento del electorado en torno a los 4,8 millones. 
Una parte de este nuevo voto puede ha-ber sido capitalizado por el tercer candidato, Sinan Ogan, independiente, con el 5,2% y 2,8 millones de votos. Ogan, exdiputado del partido nacionalista M HP. aliado de Erdogan, a juicio del analista Bayram Balci «ho hecho una brecha drenando un voto de procesa, de marca nacionalista, panturánico y xenófobo, con la exigencia de expulsión de aproximadamente 3,6 millones prófugos sirios presentes en Turquía, dando espacio a las tesis sobre la «suscicución étnica» en perjuicio de los turcos. Si se encuentra en la posición de «hacedor de reyes», como escribe Le Monde, y pretende «monecizar el propio capital electoral en la segunda vuelca», un acuerdo aparece más fácil con la formación nacional-conservadora que con la de Kilicdaroglu, dada la posición netamente amikurda de Ogan. Para Balci, Ogan, que «empezó desde la nada y sin un parecido detrás», por un lado, ha impedido probablemente a Erdogan vencer en la primera vuelta; por el otro, difícilmente podrá orientar más del «2-3% de sus votantes dado que los partidos nacionalistas «estén presentes en los dos bloques» (el IYI surgió como una escisión del MI IP en las elecciones pasadas).
Para Dormhée Schmid, especialista del IFRl para Turquía, la lección de esta vuelta es el «buen funcionamiento» de la alianza nacional-islámica, con la transferencia de votos eIme el AKP y el MHP pero también hacia el IYI y Ogan, que pelean por la misma cuenca electoral, mayoritaria en Turquía. Un fuerte nacionalismo, añade Schmid, se denota también en la "diáspora curca" en Europa, que vota masivamente por el AKP. Para Bild. de 1,5 millones de votantes turcos en Alemania, fuerte mentes movilizados a través de la red de mezquitas controladas por el gobierno de Ankara, el voto pro-Erdogan ha sido de media del 65%, en particular en las regiones industriales del Ruhr. 


La legitimación de la segunda vuelta 

Si Kilicdaroglu mantiene la «posibilidad teórica» de vencer en la segunda vuelta, para los andlistas, salvo para «golpes de efecto», ésta será una empresa difícil: el control del parlamento impondría una cohabitación y una potencial parálisis político-institucional, especialmente si el AKP eligiera a Erdogan como premier. En segundo lugar, observa el prestigioso think tank. londinense Chatham House, ,«el AKP y Erdogan gozan de una ventaja numérica y psicológica» sobre la oposición, que además de recuperar el voto de Ogan tendría que ver una mayor participación en la segunda vuelta y una caída del apoyo a Erdogan en más de dos puntos. 
En la primera vuelta la participación ha sido masiva, del 88%, dos puntos más que en 2018. De 64 millones de electores, los votos válidos han sido 54,7 millones, la suma de votos, blancos, nulos y abstenciones es de aproximadamente 9,4 millones, con un aumento de 100 mil desde la cita precedente. 
Para The Economisc, que había expresado un endórseme para Kilic daroglu, este se encuentra en la «peor posición posible»: para ganar necesita de todos los votos de Ogan, cosa que parece «improbable». A juicio de Le Figaro, si Erdogan fue «privado del plebiscito que soñaba» en el centenario de la república turca, ha «tenido algo mejor: una elección creíble de la que indiscutiblemente ha salido vencedor». El dato de la participación, subraya el Figaro, define «la regularidad de las elecciones», mostrando la «preferencia relativa de los electores turcos por la autoridad y estabilidad que Erdogan promete»; nuevamente han elegido «pasarle la bayew» al «auwriwrismo, el cliemelismo y los jaques en la política económica». Erdogan, a su vez, podría optar por una actitud más pragmática en las relaciones con la UE y la OTAN, que no se quejarían cienamente de una presidencia en Ankara «un poco apaciguada por la renovada legitimidad». 

"Baba Tayyip" y el "feminismo velado" 

Si bien es cierto que la oposición confirma su dominio en las grandes metrópolis turcas, Estambul, Ankara y Esmirna, es poco subrayado que entre los baluarces del AKP están ciudades como Bursa, gran centro industrial del coche al Sur de Estambul, en su momento «la roja», en cuanto feudo de la extrema izquierda. 
En las áreas golpeadas por el devastador terremoto de terrero, que costó la vida de 50.000 víctimas, la caída electoral del AKP ha sido mínima y la popularidad de Erdogan es superior al 50%. 
Para los electores y electoras de la Turquía conservadora, Erdogan es «baba Tayyip» (papá Tayyip), quien le ha dado casas a los pobres y consentido la afirmación social del electorado confesional. Y en parte del femenino. Escribe Le Monde que la supresión de La prohibición de llevar velo a los empleados de la función pública, en nombre de la laicidad del Estado, ha permitido el acceso a diplomas, titulos y oposiciones para las hijas y nietas de los campesinos anatólicos, cuya migración a los centros urbanos comienza en los 8 años sesenta. Desde inicios del 2000 la rama femenina del AKP ha promovido el llamado «feminismo veluclo». declinando en sentido conservado, religioso las medidas de apoyo a las mujeres que migran hacia los grandes núcleos urbanos, con la creación de redes solidarias para el acceso al welfare. Un modelo que estaba presente también en los Hermanos Musulmanes egipcios. En 2018 el voto femenino para Erdogan y el AKP rozaba el 60%.
El AKP ha encarnado unas dos décadas de ciclo inmobiliario e infraestructuras en Turquía: en las grandes metrópolis turcas, en particular Estambul, el pasaje de los gecekondu, los barrios de chabolas, a las viviendas sociales, así como un ciclo de fuerte crecimiento económico. Como escribe el FAZ. si la gestión de Erdogan ha causado daños en Turquía con su «político económica o lo polinización de lo magisrrowra>>, esto no basta para hacer olvidar que representa la «modernización económica» del país «y el mayor rol público del Islam».
Para Handelsblacc, la situación económica tiene más claroscuros que los que se presentan en Occideme. Si la inflación es la más alta en años, al 40%, y el déficit público ha aumemado en abril, «la economía no parece próxima a una verdadera crisis». El desempleo permanece estable, las ganancias de las empresas exportadoras crecen y el aumento del salario mínimo, como otros "regalos electorales" de Erdogan, ha aumentado el poder adquisitivo. Para comprar un "Macbook Air" de Apple, hace cinco años eran necesarios siete salarios mínimos mensuales, hoy bastan dos y medio. Las capas medias y medio altas, añade Handelsblatc, se han beneficiado de las políticas económicas de Erdogan: cualquiera que poseyera inmuebles o terrenos podía ver aumentado su valor, calculado en dólares, quintuplicado en dos años.

La cebolla y los portaviones
 
Kilicdaroglu ha jugado la carta de la inclusión de las minorías étnicas y religiosas haciendo notar su penen encía a la minoría alvita turca, una rama sincrética del chiismo. Pero también ha cabalgado la cuestión de la inflación, con un vídeo electoral en que evidenciaba el encarecimiento de las cebollas, ingrediente esencial de los consumos alimentarios diarios. Erdogan ha replicado con la botadura del portaviones .. Anadolu" y la inauguración de la central nuclear Akkuyu, construida por la rusa Rosatom. 
Según la prensa francesa, para el electorado islámico-nacionalista suní la referencia al alevismo ha generado irritación, así como la alianza con las formaciones kurdas. Pero pesa el hecho que la figura de Erdogan es inseparable de la «recuperada altura de Turquía en la escena internucional, con sus uctuaciones diplomáticas, y militares». Con Erdogan que se presenta como el «defensor de los musulmanes y garance de los intereses nacionales». 
Para Dimitar Bechev, especialista en historia política turca y rusa de la Universidad de Sofía y miembro del Allancic Council, si Kilicdaroglu es considerado más filo occidental «una victoria de Erdogan no implica necesariamente nuevas censiones con la UE. La ronda electoral no ha sido acompañada de las tradicionales acusaciones» contra la UE y Occidente. Ankara, añade, tiene necesidad «de los flujos de capitales europeos, de renovar el acuerdo sobre los prófugos y de ayudo pura la reconstrucción». Bruselas, a su vez, «contara con Erdogan para tener bajo control a los flujos migratorios y mediar en Ucrania». Hay más de un eco de las posiciones alemanas. Para L 'Opinión, en Berlín como en otras capitales europeas, se subraya la necesidad de relanzar la relación con Turquía, también si Erdogan se mantiene en el poder». Un «voz de la razón» que parece aún no ser escuchada en el Elíseo. Macron, si «desea que Francia sea una potencia de equilibrio», deberá inaugurar «una postura más equilibrada con un Enlogan fuerce en la confianza de su elector adorado». 

Es una línea pragmática que, visto más de cerca, Berlín siempre ha adoptado hacia el sulfuroso "rais" turco. levantino cuanto se quiera, pero no privado de su propio realismo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Recuerde que los comentarios serán moderados y serán publicados a la brevedad ...