Observatorio de París

Las raíces de clase de la cuestión migratoria

Publicamos este artículo que aparece en el periódico de los compañeros franceses de "L 'Internationaliste ".

Desmintiendo lugares comunes sobre la centralización a la francesa, por el momento el gobierno ha adoptado una gestión regionalizada del recrudecimiento de la epidemia. Frente al aumento de la epidemia, el 18 de marzo se han decidido los confinamientos para 16 departamentos, entre los cuales el de la región de Ile­de France. Permanece el toque de queda para todo el territorio nacional. 
Emmanuel Macron se había opuesto a las presiones del Consejo científico y de una parte de la administración, rechazando desde finales de enero la hipótesis de un confinamiento generalizado. Apunta a la aceleración de la campaña de vacunación, en lo que se parece a una competición en velocidad contra el virus, para no necesitar cerrar todo el país. 

Una nueva caída de la natalidad 

Las consecuencias de la pandemia sobre el frente demográfico se han revelado en la prensa. Según Le Fígaro, en enero de 2021 el instituto de estadística nacional (lnsee) constata una caída de la natalidad de un 13% respecto al mismo mes del año precedente. «Los demógrafos lo saben bien, todas las crisis están acompañadas por una reducción de la natalidad», comenta el periódico. 
Sin embargo, el artículo se tiñe de un cierto pesimismo porque «esta caída de los nacimientos se inscribe en una tendencia iniciada hace diez años». Se trataría de un «baby-krach» contingente que se superpone a otro «baby-krach» de naturaleza estructural. 

Normalización europea 

En otra página de este periódico hemos escrito: «Francia tiene desde hace un siglo una política natalista, que sólo ha ralentizado la caída de la natalidad, pero sin conseguir invertir la tendencia a largo plazo» ("Políticas de población comparadas"). Estamos asistiendo a una normalización de Francia respecto a las principales tendencias europeas hacia el invierno demográfico. 
Si en el pasado, en el debate político público, la denominada "excepción francesa" sobre el frente de la natalidad ha servido regularmente para motivar ciertas retóricas patrióticas contra la inmigración, ahora este argumento pierde cada vez más solidez.
El artículo citado por Le Figaro, un periódico conservador, recoge la valoración de Laurent Chalard, experto en poblaciones: Francia se acerca «a un crecimiento demográfico cercano a cero» y se vuelve «dependiente del saldo migra­torio».
Todavía es complicado valorar en qué medida esta realidad objetiva, en la opinión pública francesa, pueda favorecer la puesta en acto de una ambiciosa política de inmigración para el imperialismo europeo. En el periódico de julio agosto de
2020 hemos escrito: «Es difícil decir si la "Europa fortaleza" será capaz de hacerlo» ("Las migraciones ayudan a sostener a la población europea").

Un viejo país de inmigración 

Aunque es cierto que la cuestión migratoria es actualmente una dimensión estratégica de la reestructuración europea para todas las metrópolis del continente, el tema de la baja natalidad no es nuevo, en una Francia que ha vivido una larga fase de estancamiento demográfico desde el siglo XIX hasta la Segunda Guerra Mundial. En aquellas décadas se puso en marcha, más precozmente que en otros países europeos, una política activa de importación de mano de obra extranjera. Desde la primera industrialización, los inmigrantes han sido una parte esencial de nuestra clase en los sectores económicos clave. Un fenómeno que se ha am­pliado con el tiempo. 
En su "Inmigrantes y descendientes de inmigrantes. Retrato social de la Francia de 2020", el Insee indica que al inicio del siglo XX en la Francia metropolitana había 1,1 millones de inmigrantes. Su número ha pasado a 2,3 millones en 1954 y a 3,9 en 1975. Entre el 1975 y el 1999 la población inmigrante en Francia ha crecido moderadamente: su peso sobre la población total ha permanecido estable entorno al 7,3%, para posteriormente retomar el aumento desde 1999, llegando a 9,9% calculado para 2019. 
El criterio adoptado para definir el status de inmigrante es el de una persona no francesa, nacida en el extranjero y residente en Francia. 

Orígenes geográficos 

El instituto de estadística subraya que el 46% de los inmigrantes presentes actualmente en Francia ha nacido en países del continente africano: tres millones de personas, de los cuales dos millones son originarios del Magreb. Entre el 2009 y el 2019 se ha asistido a un crecimiento anual del 2,7% del número de inmigrantes provenientes de África; este incremento ha sido mayor por la procedencia de los países de África subsahariana ( 4,5% ). Se ha dado en este caso un cambio de tendencia: en 1975 el 66% de los inmigrantes en Francia provenía de Europa, contra el 34% del 2019.  
Señalamos que, si las raíces coloniales pueden explicar algunos flujos de pobla­ción, el motor objetivo del fenómeno de la inmigración africana reside en el vasto proceso de disgregación de campo y de urbanización en curso en el continente. 
Dado que, parte de los países de África están habitados por poblaciones musulmanas, esto da un carácter estructural a la presencia y a la extensión de esta confesión en el metabolismo social de las poblaciones europeas. Esta tendencia es remolcada por el imperialismo europeo golpeado por la caída de los nacimientos, pero representa uno de los elementos sobre los cuales se cristalizan los miedos reaccionarios de algunas capas medias. 


Descendientes de inmigrantes y ascenso social 

Según el Insee, en 2019 viven en Fran­cia 7,6 millones de descendientes de inmi­grantes, lo que equivale al 11,5% de la población. Una persona es considerada por el Instituto de Estadística descendiente de in­migrante si ha nacido en Francia y si al me­nos uno de sus progenitores es inmigrante. 
En un estudio de 2017 ("Nacer en Fran­cia de un padre inmigrante"), publicado siempre por el Insee, se encuentran mayores detalles. «Entre los descendientes de los inmigrantes, menores de 25 años, el 42% son originarios del Magreb y el 19% de Africa subsahariana». 
El lnsee cita después más datos que van contracorriente respecto a los discursos de los talk shows televisivos, donde se divaga sobre el tema del comunitarismo. «La mitad de los descendientes de inmigrantes tiene un único padre inmigrante»; «los dos tercios (67%) de los descendientes de inmigrantes mayores de 25 años que vive en pareja tienen una pareja que no es inmigrante ni descendiente de inmigrantes». 
Un estudio del Insee un poco más viejo (2012) ataca del mismo modo la representación pauperista de moda sobre los descendientes de inmigrantes ("Los descendientes de inmigrantes más numerosos que los inmigrantes: una posición originaria de Francia en Europa"): 
«El nivel de vida medio de las personas que viven en familias de inmigrantes es un 30% peor que la media de la población. Esta diferencia se reduce al 12% para los descendientes de inmigrantes». 
Si esto confirma que existe una tende­cia para los trabajadores inmigrantes a ocupar cada vez más los estratos de renta inferiores del proletariado en Europa, con todo, el mecanismo de la ascensión social es el rasgo característico de su segunda generación. 
«Los imigrantes estan sobre representados en las categorías sociopro fesionales de los obreros y empleados. Sm embargo, la movilidad social está en acc!ón: los descendientes de inmigrantes estan menos a menudo presentes entre los cuadros o profesiones intermedias de los no inmigrantes o no descendientes de imigrantes, pero más a menudo que los inmigrantes». 
El Insee señala también que «el nivel de escolarización de los inmigrantes ha crecido desde hace treinta años: el 33% 
de quienes han llegado después de 1998 tiene un diploma de instrucción superior frente al 21 % de quienes llegaron antes de aquel año». ("La inserción de los inmigrantes, desde la llegada a Francia al primer empleo", 2018). 
Estos datos recientes confirman las consideraciones formuladas por nuestra escuela marxista, tomando como criterio la tasa de propiedad inmobiliaria, y publicadas en el artículo "Las coordenadas continentales de la crisis francesa" de noviembre de 2005. Esta elaboración está inserida en el contexto de las revueltas en los banlieue franceses. 

Concentración en la metrópolis 

El estudio "Nacer en Francia de un progenitor inmigrante", de 2017, también aborda la cuestión de la distribución geográfica de la poblaciones. El 35% de los inmigrantes y el 30% de sus descendientes residen en la conglomeración urbana de París, (París ciudad, la pequeña "corona" o periferia y parte de la gran "corona") frente al 12% de la población que no tiene relación directa con la inmigración. El 28% de los inmigrantes y de sus descendientes vive en una de las otras áreas urbanas de más de 200 mil habitantes. En su lugar, las comunidades más apartadas, situadas fuera de las zonas urbanas, concentran el 11 % de los descendientes de inmigrantes y el 18% de los inmigrantes, pero el 27% de la población no inmigrada y no descendiente de inmigrantes. 
El estudio demuestra que la concen­tración metropolitana se ha acentuado 
a lo largo de décadas: si el 26% Ade los inmigrantes magrebíes residen en Ilede
France, la región de París, el porcentaje es del 56% para los inmigrantes y los descendientes de los inmigrantes de origen africano, excluyendo el Magreb. 
El departamento de Seine-Saint-Denis 
Hakim El Karoui, consultor del Instituto Montaigne, ha publicado en la revista L 'Express un reportaje dedicado a la inmigración en la región de la capital. «La cuota de inmigrantes sobre la población de Ilede­France ha pasado del 13% de 1982 (frente al 7 4% en el interior de la Francia metropolitana, esto es, excluidos los territorios de Ultramar) al 19% en 2015 (frente al 9,2% a escala nacional)». En 1982, entre los primeros diez departamentos de la Francia metropolitana por cuota de inmigrantes, habla sólo cuatro de Ilede-France; en 2015 forman parte los 8 departamentos de la región. El 93º departamento, Seine-Samt Derus, por sí solo «tiene el 29% de los inmigrantes». 
Sin embargo «la mitad de los habitantes de Seine Saint Denis se han ido en diez años», ascendiendo en «la escala social gracias al formidable vacío ocupacional que es París». 
Más adelante ElKaroui desmiente ideología que ve a las banlieue como los bastiones del parasitismo social «Seme Saint-Denis, el departamento más pobre 
de Francia, el más joven y aquel que cuenta con la mayor cuota de inmigrantes, es también el octavo contribuyente para la financiación del sistema de protección social en Francia, pero el ultimo de los beneficiarios». El fenómeno migratorio está intrínse camente ligado a la cuestión obrera. Nuestra minoría revolucionaria debe enraizar la conciencia internacionalista en todas las estratificaciones de nuestra clase en las metrópolis del capitalismo. Y esto, contra todas las ideologías de la clase dommante, desde el soberanismo al europeísmo socialimperialista, tanto si adoptan los tonos del republicanismo laicista o los de la apología interclasista del melting pot. 

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